Extra 1

14 1 0
                                    

—¿Que estás haciéndo, León?— Alaric se encuentra cruzado de brazos en la puerta del vestuario.

León achina sus ojos al ver a su entrenador, no obstante, continúa cambiándose.

Prácticamente ignorandolo.

—¿Por qué no preguntas lo qué de verdad querés preguntar, Ric?— Murmura ronco.

Alaric sonríe avanzando y cerrando la puerta detrás de él, para quedar ambos encerrados en dicha habitación.

—¿Que estás haciendo con mi hija?— Remoja sus labios observando la espalda tatuada del rubio.

León alza su vista atravez del espejo, sonriendo levemente de costado al encontrarse con su mirada penetrante.

—¿No te deberías de hacer esa pregunta?— Arquea sus cejas. —La encontré vomitando en el baño, y no se qué mierda haya sucedido entre ustedes, lo unico qué se es qué así no se trata a un hijo.— Deja en claro.

Alaric cambia su templante a uno más serio.

—¿Y vos me vas a decir cómo se trata a uno?— Se carajea. —¿Sólo por qué tus padres no supieron cómo tratarte?— Hace una mueca con sus labios, fingiendo tristeza.

León aprieta su mandíbula y se da media vuelta, aún sin colocarse su camiseta.

—¿Me investigaste?— Se carajea.

Sabiendo perfectamente qué Noah no tenía nada qué ver con qué su entrenador supiera aquello. Lo qué lo llenaba de impotencia es qué justamente el día anterior había discutido con Noah por haberle contado parte de su vida y no quería volver a repetir todo aquello en su cabeza.

No cuándo se sentía extremadamente confundido respecto a la castaña.

—¿Crees qué te persiguiria durante más de un año sin saber quién sos?— Arquea sus cejas. —¡Tengo qué asegurarme de a quién voy a meter en mi equipo!— Alza sus manos señalando el lugar.

—¿Que querés?— Suspira apoyándose en el mueble detrás de él.

—Saber el motivo por el cuál cambiaste de opinión, se que te habías ido, las cámaras de seguridad de la calle no tienen sonido, pero estabas demasiado a disgusto con Noah, y luego, de la nada, apareciste.— Murmura con leve fastidio.

—¿Y no será qué lo que te molesta es que no te hayas salido con la tuya maltratando a tu propia hija?— Se carajea.

Alaric aprieta sus manos en puños.

—Sos nuevo en el equipo, León, y Noah es tratada cómo mi empleada, a pesar de que es mi familia, de la misma manera qué Enzo recibe el trato.— Se justifica.

León suelta una carcajada.

—Es obvio qué tratas a Enzo de mejor manera, y no se si es porque él te sirve para las competencias o porque lo estás castigándome nos por lo que pasó con tu familia y tu mujer.— Pasa una mano por una de sus cejas al terminar de decir aquello.

Alaric baja la mirada y ahora se vuelve a cruzar de brazos, sin saber muy bien que responder ante aquello.

Teniendo dos formas de reaccionar en este momento y cualquiera de las dos son por demás impulsivas y no muy prácticas para hacer con la bestia black.

—¡Creo que no soy el único que investigó con quién va a trabajar, y puede que tenga un gran trauma familiar de mierda, pero eso hace que pelee de la manera en la que lo hago, y eso es lo que a vos te conviene!— Sonríe con autosuficiencia.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 25 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

INESTABLE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora