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Noah arquea sus cejas al ver a su hermano llegar completamente desalineado.

Gracias a que está pendiente de su persona, ni siquiera se da cuenta de que León se está acercando hacia ellos, para dirigirse hacia el estadio en dónde se hará el combate.

—¡No no me mires con esa cara que ya te conozco!— Pide fingiendo estar ofendido por cómo ella lo está juzgando.

Cuándo, en realidad, ambos saben que están bromeando y aquello les causa por demás gracias, a pesar de que la castaña sí tiene cara de asco por la situación.

Enzo solía llamar la atención por completo de cualquier mujer que se presentaba a su alrededor, y ella no podía creer el descaro con el que él disfrutaba de tener sexo con cada una de esas mujeres qué se le insinuaban a todo momento y en todo lugar.

—¿Al menos decime por favor que te lavaste las manos, sí?— Parpadea con una pequeña mueca de asco en su rostro.

Enzo mueve su cabeza levemente hacia un costado, mientras que esboza una sonrisa y le extiende la mano con su palma abierta hacia arriba, para que ella le pueda dar una pastilla de menta o algo para masticar.

Su hermana ni siquiera necesita que hable para saber qué es lo que le está pidiendo, y lo primero que hace es sacar un sanitizante de su pequeño bolso para esparcirlo por ambas manos de su hermano, y hacer un pequeño ademán para tirarle también sobre sus prendas, luego, percatándose de que León se encuentra al lado de ellos, simplemente saca el blisten de pastillas de menta y se lo deja en la mano a Enzo.

—Sos asqueroso.— Muerde su labio inferior.

—Al menos soy el único que está disfrutando de este viaje en las Vegas, y es por eso que soy el único que no se ve completamente estresado cómo ustedes dos.— Le guiña un ojo y le vuelve a extender el blisten.

Noah coloca sus ojos en blanco y guarda las pastillas en su cartera sin siquiera ofrecerle al musculoso, ya que sabe perfectamente que no puede ingerir ningún tipo de golosina antes de la pelea.

—¿Cómo estuvo ese masaje?— Sonríe en dirección hacia el rubio mientras que le hace un movimiento con la cabeza a los dos para que comiencen a avanzar. —Creo qué voy a solicitar uno pero no deportivo.— Agrega risueño.

Noah aprieta el puente de su nariz queriendo ahogar la carcajada que quiere salir por sus labios, no obstante, le es imposible.

León carraspea levemente incómodo, al no poder dejar de percatarse en el atuendo que está luciendo Noah esta noche. Llevando unos shorts negros con pequeñas piedras que brillan a medida que ella camina, y una camisa negra con sus mangas arremangadas y unos borcegos que parecen ser por demás cómodos para la ocasión.

Maldiciéndose por dentro al pensar en aquella idiotez, teniendo en cuenta qué estaba sonando dentro de su propia cabeza cómo un completo acosador, y con todo lo que había escuchado durante el día de hoy entre Alaric y Enzo ya tenía más que suficiente.

—No tenía idea de lo mucho que lo necesitaba, aúnque no tiene demasiado buen carácter.— Admite ronco. —Gracias por avisarle que iba a llegar de morado.— Frunce sus labios y avanza.

Noah coloca sus ojos en blanco escuchando la conversación, pero agradece ir delante de ellos dos para que no puedan observar ninguna de sus morisquetas.

—¡Si, los deportólogos no suelen ser muy amables!— Admite subiendo sus hombros. —Pero lo importante es que hacen su trabajo a la perfección, y lo puedo decir con conocimiento de causa porque siempre que nos hospedamos en este hotel para mis peleas la verdad es que hicieron un excelente trabajo antes y después de salir de la lona.— Se gira levemente hacía atrás para que León sepa que le estaba hablando a él.

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