Parte 62

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—¿Me las querés dejar?— Noah mueve su cabeza levemente hacia un costado.

León aprieta sus labios, y sale de sus pensamientos, aprovechando el momento para no tener sus puños apretados de aquella manera.

Se había enloquecido cuándo Noah llegó hacia ellos captando la atención de una gran parte masculina, y no era simplemente porque era la única mujer que se encontraba en el circuito, al contrario, había muchísimas más mujeres, y hasta incluso con menos ropa y más provocativas de lo que se encontraba ella.

Siendo un pequeño punto para destacar que tenía el rubio, respecto a que Noah sabía perfectamente ubicarse en tiempo y espacio, y a pesar de que para él, lucía verdaderamente hermosa y excitante eso no significaba que ella estuviera yendo con ropa provocativa para generar eso en los demás.

—Si.— Carraspea y vuelve su atención hacia sus ojos.

Noah suelta una pequeña sonrisa, que no llega a ser muy exagerada, pero se da cuenta de que él se encuentra en cualquier planeta menos en el que tiene que estar ahora mismo.

—¿Estás bien?— Achina sus ojos.

Lo más recomendable es que los boxeadores se encuentren precalentando y con la mente fija en la pelea, incluso, esto que están haciendo de la pequeña gira durante esta semana para poder presentarlo, tampoco es lo cotidiano en los boxeadores, ya que ellos suelen tener una pelea al año, o dos cómo mucho, para poder prepararse físicamente para este tipo de actuaciones.

Esto que ellos están haciendo en estos momentos es simplemente por la presentación de León hacia el público, y la nueva adquisición que podría llegar a obtener el deporte gracias a su disfuncional forma de pelear que tiene, y la manera en la que había adquirido tantos fans y personas que corrieran la voz cuando él peleaba en el underground.

—Si, eso es lo que hoy me enteré de algo y no puedo dejar de pensar en eso.— Admite tragando saliva y aprovechando que ahora se encuentran solamente ellos dos frente a frente.

Alaric, su hijo y el entrenador personal de León están a un costado más alejados, terminando de ultimar detalles y observando unas planillas que Alaric tiene en la mano.

Noah había llegado hace tan sólo instantes, luego de haber corroborado que el tema de las apuestas estuviera funcionando a la perfección, y que nadie quisiera pasarse de listo, y es por eso mismo que se había tomado el atrevimiento de acercarse hacia el músculoso para poder pedirle sus credenciales.

Habiéndose aplaudido internamente cuándo, todavía, lo vió con remera y con las mismas credenciales que ella le había entregado en su habitación, teniendo en cuenta de que su hermano no se pondría a pensar en que tenía que quitarle las credenciales y conservarlas antes de que él subiera a la jaula.

—¿Pero es algo malo?— Muerde su labio inferior preocupada.

Sabía qué no tenía que inmiscuirse demasiado en los asuntos de León, no obstante, aprovechando que él parecía estar hablándole a corazón abierto, tenía la necesidad de saber si lo podía ayudar de alguna manera, más aún, sabiéndolo concentrado que tendría que estar en la pelea y que parecía que no lo estaba.

De todos modos la respuesta de León había sido una forma de poder evadir el hecho de que le molestaba cómo es que todos la estaban observando, y él no podía llegar a reconocer que estaba por demás interesado con ella, y que lo más probable es que aquellos no se solucionara teniendo sexo de una sola noche cómo le había dicho su mejor amigo, además, de que no dejaba de pensar en aquello y se maldecía por completo a todo momento.

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