Parte 51

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León vuelve a su habitación perdidó en sus pensamientos, todavía no podía observar para sigo mismo en ese punto de inflexión en el que había logrado lanzar ese vómito verbal para con Enzo, y lo peor de todo, a su parecer, es que se sentía mucho más ligero.

Por otro lado no podía dejar de pensar en que no quería que nadie lo observara con ojos de culpa o estuviera todo el tiempo en la mira de los demás, tan sólo por la vida que le había tocado tener.

Siendo más que consciente al respecto de que se había ganado cada una de las cosas que había obtenido en la cárcel, y que no tenía vergüenza de decirlo, de la misma manera que quería seguir luchando para poder obtener de su hermano la tutela.

Se encuentra con la mesera que llevaba la cena para Noah, no le había sido difícil reconocerla, ya que parecía ser una mujer que se destacaba en el grupo de sus compañeros.

Alza una ceja engranando ideas en su mente, al mismo tiempo qué la frena educadamente, —¿Disculpe de casualidad eso es para Noah Melle?— Cuestiona ronco.

Arrepintiéndose de inmediato de lo que está haciendo.

Ella, sonríe levemente de costado al observar el adonis que tiene frente a sus ojos, y luego asiente y hace una mueca de disgusto. —La señorita no quiso que le deje la cena.— Vuelve a hacer ese gesto con sus labios y niega con la cabeza apenada.

—¿No?— Sisea molesto.

—Insistí, pero ella se negó.— Suspira al agregar aquello.

Leon chasquea la lengua y asiente. —Yo se lo llevaré, gracias.— Pide extendiendo sus manos hacia la bandeja.

La rubia, sorprendida, le tiende la bandeja ante las mano extendidas del rubio, quién la agarra con fuerza...

—Espero que lo logre, muchas gracias y buenas noches señor, lo que necesite cualquier cosa nos llama, mi nombre es Massiel.— Pestañea esperando que aquella pequeña oportunidad de coqueteo le salga a su favor.

Él asiente y se mete al ascensor, mientras que la empleada del hotel sale hacía el pasillo... Quedándose con un amargo sabor al saber que no puede coquetear más de la cuenta para con cualquier tipo de huésped, ya que necesita el trabajo y no puede cometer ni un solo error, no obstante, creía que ese fornido musculoso que acababa de entrar en la caja metálica merecía perder el control y cualquier tipo de sanción que le pudieran llegar a poner.

—¿Que estás haciendo?— León maldice remojando sus labios y observando la bandeja sobre sus manos.

Parecía ser que cuando las cosas se trataban de Noah, perdía el completo uso de su razón y no había nada ni nadie en su cabeza que le pudiera llegar a advertir que lo que estaba haciendo era una completa estupidez.

Además de que era más que obvio que estaba quedando como un completo bipolar, para el afuera, pero lo que más le importaba a él, era para su propia persona, teniendo en cuenta que había momentos en que la observaba cómo si realmente la odiara, en otros momentos, cómo ahora mismo, parecía ser que se preocupaba por ella por demás.

—Solo le está llevando la comida, no le estás pidiendo matrimonio.—Bufa, continuando al decir en voz alta las palabras para auto convencerse.

Al mismo tiempo que avanza por el pasillo para poder encontrar la habitación de la castaña, teniendo en cuenta que la misma se encontraba unos pocos pasos de la suya.

De igual manera que la de todos los miembros del equipo que habían llegado con ellos para las peleas que tendrían próximamente.

Él golpea la puerta y mueve su pie molesto ante la espera.

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