Parte 66

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León relame sus labios, levantando su cabeza hacia ella para demostrarle que está por demás satisfecho con lo que acaba de suceder entre los dos, mientras que la castaña está por demás inquieta y nerviosa por tener sus mejillas coloradas y mostrarse vulnerable frente a aquel boxeador que tanto lograba intimidarla, y que por si fuera poco, le acababa de realizar un perfecto sexo oral que la había dejado alucinando por completo.

—Sos igual de deliciosa que cómo lo imaginé.— Maldice tragando saliva y tomandola con fuerza de sus caderas.

Reconociendo perfectamente que ella está todavía con aquellos espasmos, gracias a su fuerte orgasmo, y no quiere que se tambalee, sino que es el mismo él que quiere lanzarla hacia la cama, para demostrarle que aquello no acaba de terminar.

Y lo hace de forma inmediata cuándo se pone de pie, demostrando lo pequeña que era Noah, luciendo en su máximo esplendor su cuerpo trabajado gracias a su arduo entrenamiento, y con demasiada facilidad la empuja, haciendola caer con un jadeo en la cama.

Noah lo observa con sus labios entreabiertos, y la respiración completamente agitada, además de sus mejillas por demás ruborizadas, no pudiendo dejar de observar como él comienza a desabrocharse el pantalón, dejando en todo su esplendor su cuerpo, al quedarse únicamente en boxer.

—Dios...— Sus labios se secan al ver su enorme pene.

León sonríe por dentro, el rostro de la castaña le da la pauta de que está verdaderamente asombrada con lo que está observando frente a ella, y aquello no puede más que enviciar su ego y las ganas que tiene de continuar con lo que había empezado no hace mucho.

Ella no puede hacer más que tragar saliva y mostrarse temblorosa ante las ideas de que aquello va a continuar, y no se muestra temblorosa porque tiene miedo, se muestra de aquella manera porque se acaba de dar cuenta del placer que León le puede llegar a generar y de lo que le puede llegar a pedir en lo que está próximo a seguir.

Y para estar completamente sincera con ella misma, seguía sintiéndose asustada y atemorizada, ya qué León parecía tener todas las cualidades de un experto y ella no estaba segura de poder satisfacerlo del mismo modo.

Además, de que apenas observó ese hermoso miembro moviéndose frente a sus ojos, cualquier cosa que pudiera llegar a estar pasando por sus neuronas había desaparecido completamente.

Sus venas, su cabeza redonda y mojada era verdaderamente tentadora, sus testículos caían de forma perfecta debajo del mismo, y su tamaño se intensificó levemente cuándo León lo tomó con su mano soltando un leve suspiro al mostrarle lo exitado qué se encontraba.

—¿Alguien está ansioso?— Noah toma valor tan sólo para relamer sus labios y disfrutar de sus vistas.

Ya nada le importa.

Su juicio se nubló por completo al ver tal espécimen sobre ella.

Y ni hablar de lo que había vivido hace instantes de que todavía su cuerpo estaba reaccionando ante sus estímulos.

—Si.— Demanda ronco. —Quisiera realmente romperte.— Sisea admitiendo sus ansias de estar dentro de ella.

Noah arquea sus cejas, y por más qué la mirada que el musculoso le está regalando en estos momentos Es verdaderamente excitante, ella no puede no bajar nuevamente la vista y observar su pene, pensando que es verdaderamente una verga hermosa, muy ancha, luciendo limpia y sin vellos, siendo la primera vez para ella qué observa un miembro de ese tamaño.

—Es tuya, si te animas, angel.— Le guiña un ojo divertido por su expresión.

No puede no pensar en lo dulce y tierna que está luciendo ahora mismo la castaña, y a su vez, lo excitante que es observarla de aquella manera.

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