—¿Y la carne pudo resolver tus problemas, todavía seguís peleando con tu cabeza?— Enzo eleva sus cejas de forma sugestiva señalando el plato de su hermana.
Ella sólo sonríe suspirando, y relajándose un poco al haber terminado de comer. —La carne para tu información estaba demasiado rica cómo para perder el tiempo en pensamientos absurdos.— Le saca levemente la lengua en una mueca de burla.
Habían encontrado un restaurante muy bonito cerca de dónde es que estaba el supermercado, y ni siquiera tuvieron qué volver a dirigirse hacia el hotel para dejar las compras del supermercado, ya que las mismas no precisaban de ser refrigeradas, debido a que cómo tenían que llevarlas en el avión, estaban comprando cosas lógicas que podían tener una mínima durabilidad de vuelo.
—¡Me alegra muchísimo que no te hayas peleado con un pedazo de carne, pero déjame decirte que no parece que todavía hayas resuelto lo que pasa en tu interior!— Suelta una carcajada.
Noah infla su pecho, entre abriendo levemente sus labios al saber que no tiene más objeciones que poner al respecto para su respuesta y, más que nada, tampoco encuentra de manera inmediata alguna alternativa que pueda llegar a encontrar para sortear esa conversación.
—Se que estuviste toda la noche conteniéndote para preguntar qué es lo que pasó cómo para que terminara comprando dulces de manera desesperada en un supermercado.— Saca su lengua y coloca los ojos en blanco. —Podes preguntar que no voy a atacarte.— Agrega observándolo.
Su hermano, sólo aprieta sus labios, si bien, Noah no estaba mintiendo, y él había estado pensando durante toda la cena que es lo que había sucedido entre ella y León, debido a que eso era un hecho y no necesitaba ni siquiera preguntar qué es lo que ocurría. Pero sí quería saber con esa actitud qué había desembocado el hecho de que se hubieran peleado.
Llegando a suponer que estaban peleados.
—En realidad puedo darme una vaga idea de lo que sucede, pero me gustaría que seas vos la que lo diga, ya que eso va a ayudarte a sentirte mucho mejor, además deliberada.— Sube sus hombros tranquilo.
Noah muerde su labio inferior. —Dudo que solo decirlo en voz alta me haga sentir mejor, es muy probable que sea todo lo contrario, incluso.— Susurra lo más bajito que puede, a pesar de que su hermano la escucha a la perfección.
Enzo se queda unos instantes observándola, preocupado por cómo ella luce, pero no solamente por su aspecto físico, o por lo perdida que puede llegar a estar en sus emociones, si no porque verdaderamente parece una persona triste y sin esa pizca que siempre la caracteriza.
—No quiero que te sientas presionada, y no quiero que creas que te estoy hostigando todo el tiempo con lo que se trata sobre León, es solo que me preocupa cómo están reaccionando los dos, y ni siquiera hablé con él sobre este tema cómo para darme cuenta de que algo les sucede a ambos y tiene que ver el otro con lo que le ocurre y así en viceversa.— Infla su pecho.
Intentando que sus palabras suenen de forma sutil, que su hermana no se sienta atacada por lo que le está diciendo, pero poder conseguir, también, un poco de información al respecto para poder ayudarla y que deje de estar con esa cara de perturbada.
Además, de que había estado durante todo el día fuera del hotel, y eso no era del todo tan común para la castaña, Enzo podía llegar a admitir que a ella le gustaba ir de compras, hacer un poco de turismo y sacar fotografías, pero lamentablemente, su propia hermana conocida a la perfección la ciudad, cómo para ir a recorrer la misma y fingir que tomaba fotografías cuándo ya no había mucho más lugares para visitar cómo novedades y fotografiar.
—Igual, ya es una realidad que estás dejando en claro que se trata sobre él.— Bromea colocando sus ojos en blanco y haciendo una pequeña mueca de agradecimiento hacia la mesera que viene a retirar sus platos.
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INESTABLE
RomanceALGUNOS CAPÍTULOS ESTÁN EN PRIVADO, (SÓLO TIENES QUE SEGUIR LA HISTORIA Y A MÍ PARA PODER VERLOS) -¿¡Por qué simplemente no te dejas ayudar!?- Exclama exasperada. León se ríe con descaro y sigue caminando a mitad de la noche dejándola sola. -¡Ey, t...