Parte 50

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-¿Venís a cenar?- Cuestiona cruzado de brazos.

Ella niega y le sonríe a su hermano con su cabeza pegada al marco de la puerta. -Por el momento no, estoy bien.- Le hace saber con calma.

Él frunce sus cejas y la mira de manera reprobatoria. -Te traigo algo cuándo vuelvo entonces, hoy no saliste de la habitación, Noah, y entiendo que no es tu parte favorita compartir tiempo de caridad para con León y Alaric, pero me preocupa que estés en la habitación.- Le guiña un ojo y acaricia su mejilla.

-No es por eso.- Miente levemente.

Ya qué no es del todo por eso el motivo por el cual no bajó en todo el día.

Enzo eleva sus manos no queriendo meterse en la conversación, ya que está levemente apurado y la misma va a llevar su tiempo. -Voy a estar acá abajo igual, si necesitas ayuda con cualquier cosa avísame.- Pide mordiendo su labio inferior.

Noah asiente y parpadea dulcemente, era incapaz de molestarse porque su hermano estaba insistiendo en que debía de consumir algo.

Él siempre era por demás condescendiente y atento para con ella, y no podía evitar sentir que Enzo tenía dentro de sí mismo el amor de sus otros dos hermanos gemelos que lamentablemente habían fallecido en aquel accidente.

-Quiero terminar bien de controlar las apuestas, esto es otro estado y es diferente y no quiero meter la pata.- Hace una mueca con sus labios.

-Si, pero tenés que comer algo.- Insiste negando con la cabeza.

-Con el almuerzo que tuvimos aún no tengo hambre, y realmente necesito que todo esto quede perfecto, tengo que cerrar los sponsor, además.- Relame sus labios sincera.

Él sonríe antes de darse vuelta y retirarse con la promesa de volver a llevarle algo a su hermana de cenar... Aúnque, sabía perfectamente que no queria cruzarse con León allí abajo y qué por eso no había accedido a bajar a cenar con todos ellos, por eso no volvió a insistir.

No lo aprueba, pero no quiere meterse.

Así qué solo le quedaba colocar sus manos dentro de sus pantalones y esperar el ascensor, pero que cuándo el mismo llegara pudiera ingresar en la caja metálica y dirigirse hacia el comedor qué habían elegido para cenar.

El rubio ya lo esta esperando en la mesa, su padre estaba allí junto a Maverick, el entrenador.

-¡Enzo, ya te estabas demorando, campeón!- Maverick bromea.

El susodicho no hace más que elevar sus manos y hacer una mueca divertida con su rostro, para expresar que aparentemente lo estaban extrañando y solicitando.

-¡Veo que no perdieron el tiempo!- Se carajea apoyando una mano en el hombro de León.

-Si, tu padre no quería que demoráramos en comer para que el león pudiera hacer su digestión completa.- Puntualiza el entrenador físico chasqueando los dedos y señalando a ambos.

-Quiero irme y que hayas terminado esos dos filettes, Black.- Alaric lo señala con el dedo y su ceño fruncido.

León simplemente se limita a seguir comiendo de su guarnición y tomando uno de los filettes que le acababan de servir.

Enzo suelta una pequeña carcajada para aclimatar el ambiente, ya qué es más que obvio que a la bestia no le gusta que le ordenen lo que tiene que hacer.

-Necesito tenerte fuerte, mañana es la gran noche.- Agrega Alaric observandolo fijamente a los ojos.

Cuándo el castaño toma asiento su padre le señala el plato que ya pidió por el. -Eso es tuyo.- Sisea hacia él.

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