parte 86

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-¿Que estás haciendo acá?- Moja sus labios apoyándose en la puerta.

Tiene que mantenerse allí para no darle la posibilidad de que él ingrese, si lo hace, no sabe cómo hará para aguantar la tentación.

Había pedido que le vinieran a cambiar las sábanas de la habitación, y todavía eso no había sucedido, y es por eso mismo que estaba de mal humor y frustrada.

Cuándo llegaron de la cena, la cuál había sucedido sin ningún inconveniente más que escuchar a su hermano y a León hablar de la pelea y de cosas triviales, se dio un baño teniéndole ilusión de poder sentarse un rato en la cama y ponerse al corriente con los trabajos que tenía pendientes, o con algún que otro presupuesto que había ingresado durante la mañana y ella no los había pidido revisar.

Pero cuándo ya se encontraba con su pijama, y se tiró sobre la cama para tomar su laptop y colocarse sobre el respaldo, para poder estar un poco más cómoda, la fragancia avasallante de León y ese perfume que utilizaba había vuelto a envolver sus fosas nasales.

Obligandola, a no poder concentrarse ni un sólo minuto más de lleno en su trabajo.

-Tenemos qué hablar.- Sisea bajando la cabeza para poder mirarla fijamente.

Recordando las palabras exactas que había tenido en la conversación para con Nick, y si bien, su mejor amigo no le había acertado últimamente a cómo tenía que comportarse para con la castaña, creía que en esta oportunidad estaba diciendo las cosas de forma correcta y no había manera de que se equivocara.

Y si eso sucedía, tenía la certeza de que lo había intentado.

Tenía muy en claro que tenía que hacerle caso a su entrenador y mantener la cabeza en lo que de verdad importaba que era su carrera de boxeador, además de que lo que sucediera durante esta semana en esta pequeña gira que estaba haciendo de presentación era lo que iba a marcar un antes y un después en la lucha para con su madre y para conseguir la custodia de su hermano.

Por lo cuál, León era por demás consciente de que no podía tener tres cosas en su cabeza en estos momentos que lo estuvieran desvirtuando del foco principal, y si todo salía mal esta noche, y Noah no le daba la posibilidad de explicarle verdaderamente lo que había sucedido, o cómo es que él se encontraba, lo dejaría a un lado, le haría caso a Alaric, y sólo se centraría en competir y entrenar duro día y noche, lo cual, eso lo llevaría a poder obtener una buena carta de presentación, por demás aceptable, frente al juzgado cuando tuviera que presentarse ante el mismo en los próximos días.

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-¿Mal momento?- León cuestiona a ronco cuándo observa a Nick con una toalla envuelta alrededor de su cintura.

Había decidido hacer una videollamada, para poder seguir entrenando, aprovechando que el gimnasio se encontraba en absoluta soledad y disponible solamente para él, y de esa manera también poder ir descargando la furia de lo que tuviera que decir y admitir para con su mejor amigo ante la llamada que él había necesitado hacer.

-Para nada, ya se fue.- Canturrea colocando sus ojos en blanco y comenzando a quitarse la toalla para colocarse unos boxer.

León continúa con sus ejercicios en la máquina de fuerza. -Bueno, me alegro qué haya sido una buena noche.- Bromea.

-Podria haber sido mejor, pero no me quejo, siempre que tenga algo para comer.- Responde divertido.

-Ya lo creo, te volverías loco con todas las mujeres que hay acá.- Admite siendo lo primero que había pensado en cuánto conoció una de las jaulas en la que primero peleó.

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