—Solo pregúntalo.— Ella coloca sus ojos en blanco y tira su cabeza hacia atrás en el respaldo de la camioneta, cuándo ya se encuentran avanzando hacia el hotel.
El castaño sólo suelta una carcajada, y mantiene su vista hacia el frente, manejando de manera muy relajada, al llegar a suponer que Noah no está demasiado desesperada por llegar al mismo establecimiento en el que se encuentra León.
—Estaba esperando que vos me des el visto bueno para preguntar, o que inicies con la segunda parte de la historia.— Canturrea tranquilo.
Noah asiente en silencio. Mira a su alrededor y no se muestra sorprendida o eufórica por las luces de la noche de las Vegas, y de todo lo que eso significa para la gente que va a visitar aquella ciudad que no duerme de noche.
Para ella es por demás aburrido, y monótonos, estando deseosa de que las peleas que tengan en el equipo sean en países que puedan tener al menos unos paisajes un poco más disfrutables de día, y algo de tranquilidad por la noche.
—Kalesi apareció a pocos metros del hotel, no sé si me estaba siguiendo, pero sí parecía que lo hacía.— Murmura jugando con la cartera entre sus manos.
Y ni siquiera necesita observar por el rabino de su ojo cómo es que las manos de su hermano se tornan blancas al apretarlas con demasiada fuerza sobre el volante de cuero.
—Carajos.— Escupe achinando sus ojos.
Volviendo a realizar aquel trabajo interno de mantenerse con calma para no perder la cordura, y no demostrar hacia el exterior las ganas que tiene de utilizar a Kalesi cómo su saco de boxeo de entrenamiento diario.
Siendo, que para él sería demasiado fácil chaquear los dedos e ir a buscarlo ahora mismo, para dejarlo absolutamente deformado, y disfrutar de observar la sangre de Kalesi entre sus manos.
—Enzo.— Susurra.
Llamando su atención en un pequeño pedido de advertencia.
Él sólo niega. —Solo continúa, Noah.— Remoja sus labios.
La castaña parpadea y se remueve incómoda en el asiento. Ahora comenzaban las dudas existenciales de si no tendría que haber ignorado el hecho desesperado de su hermano porque le contara lo que le estaba sucediendo, y esa absurda confianza que siempre lograba generar en ella para que se soltara y pudiera hablar a corazón abierto sintiéndose mucho mejor.
En algún momento tendría que aprender que había cosas que no le podía contar a su hermano mayor, y que esas cosas que no le podía contar, solamente eran para poder protegerlo y que no se llenara de esa bola de nervios y de enojo como se encontraba ahora mismo, ya que no quería volver a repetir el pasado, y no tenía ni la menor intención en que Enzo se metiera en problemas en la liga, siendo que él había sido quien había salido beneficiado de aquella terrible pelea que habían tenido los dos en la qué Kalesi había perdido su título y cualquier posibilidad de volver a ser campeón del mundo de forma profesional.
—Lo tenía todo controlado, y a pesar de lo que estás pensando, realmente lo tenía controlado y creo que ya se estaba yendo, solamente estaba haciendo el mismo imbécil de siempre y aprovechó el momento de la situación, ya que me encontró con alguna que otra lágrima desparramada por ahí.— Admite con rabia.
Enzo cierra levemente los ojos por breve segundos, ya que se encuentra manejando, y no puede manejar la ira dentro de su cuerpo.
Podía imaginarse la conversación exacta que habían tenido los dos, y cómo es que Kalesi le había insistido a su hermana una y otra vez en que se fuera con ella, siendo que no necesitaba que la castaña se lo confirmara para saber que era lo único que le interesaba a él.
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INESTABLE
RomanceALGUNOS CAPÍTULOS ESTÁN EN PRIVADO, (SÓLO TIENES QUE SEGUIR LA HISTORIA Y A MÍ PARA PODER VERLOS) -¿¡Por qué simplemente no te dejas ayudar!?- Exclama exasperada. León se ríe con descaro y sigue caminando a mitad de la noche dejándola sola. -¡Ey, t...