Parte 68

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—Mierda.— Golpea con fuerza la pared de la ducha en la cual está volviéndose a dar un baño.

Había sido la única manera que había podido conseguir de quitarse la rabia luego de un pequeño entrenamiento, en el que esquivo a todo momento a Enzo, y es por eso mismo que sólo se dedicó a ir a correr por los alrededores del hotel en donde estaban hospedando.

No pretendía en este momento encontrarse con el hermano de la castaña y tener que mentirle en la cara respecto a lo que había sucedido entre los dos, teniendo en cuenta, que lo más probable es que ella ya se hubiera cruzado a su hermano en el desayuno, y este mismo, al ser tan perspicaz, y haber estado merodeando entre los dos, y sospechando algo respecto a lo que sucedía entre León y Noah, se diera fácilmente cuenta de que había un capítulo más en aquella escena.

—¡Mierda, mierda!— Cierra los ojos con fuerza y muerde su labio inferior apoyando la cabeza en la fría pared.

No puede creer cómo resultó tan imbécil de responderle de esa manera, Noah no se lo merece y eso lo tiene por temas presente, lamentablemente el ego en ese momento y el enojo que tenía por cómo la castaña había reaccionado al prácticamente observarlo de aquella manera para echarlo de su habitación y dejarle más que en claro que sabía con quién se estaba acostando, fue mucho más grande que la necesidad de decirle que aquello era de verdad.

Nick le había estado enviando mensajes durante toda la mañana, dándose cuenta de que algo había cambiado en su mejor amigo, y que probablemente, era a causa de su llamada telefónica, por lo cual, no dejaba de insistir con llamadas y mensajes para poder saber de él.

Y ahora que se encontraba solamente con la toalla envuelta alrededor de su cintura, y su teléfono no dejaba de sonar, no podía hacer más que colocar sus ojos en blanco y responder a dicha llamada.

—¿Si?— Suspira echándose sobre la cama con pesadez.

Y responde de aquella manera, ya que ni siquiera se tomó el atrevimiento de chequear quién era que lo estaba llamando.

—¡Al fin!— Nick maldice frunciendo su entrecejo al escuchar la voz de su mejor amigo.

León coloca sus ojos en blanco. —Estaba entrenando.— Sisea ronco.

Y espera que aquella excusa sea más que suficiente para que Nick no haga preguntas innecesarias en este preciso instante.

—¿Qué carajos es lo que pasó durante la mañana cuándo te llamé?— Bufa al necesitar saber aquella información.

Y no importándole que pudiera llegar a sonar de manera brusca, o completamente metido en el asunto, el hecho de que León no le respondiera ningún mensaje ni las llamadas durante más de cinco horas, había sido más que suficiente para saber que había sucedido algo extraño.

—No quiero hablar de eso ahora, Nick, sólo atendí porque pensé que era mi entrenador, estoy recién saliendo de la ducha y tengo que ir a almorzar y a entrenar.— Explica suspirando y pasando una mano por su cabello mojado.

Su espalda se estira bajo aquel acolchado blanco, cerrando los ojos y tomándose unos segundos para relajar sus músculos, pareciendo que no había sido suficiente el buen rato que había pasado debajo del agua artificial.

Y no lo era, ya que su cabeza era un completo torbellino. Noah le había volado la cabeza por completo, y no en la madrugada de hoy, cuándo habían tenido sexo de aquella manera, sino que mucho antes, y con el acto sexual que habían cometido entre los dos, había quedado más que claro que estaba por demás interesado en ella.

No podía dejar de pensar en lo delicada que era su piel, en cómo brillaban sus ojos y cómo esa fina capa de sudor que tenía en su frente era verdaderamente tierna y atractiva al mismo tiempo.

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