Parte 15

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—Excelente trabajo, Noah, es justamente lo qué tenía pensado, muy bien.— Alaric la señala y le devuelve la tablet.

Ella asiente sin sonreír, al igual que su padre formula su respuesta al finalizar de ver las apuestas qué está manejando en la aplicación, y la promoción que le había hecho a León respecto al espectáculo que darían hoy de la pelea para con Kalesi.

Desde hace ya dos años en las cuevas las apuestas son llevadas con más contabilidad, todo bien detallado para que no genere más disturbios de los que ya se arman en estilo de lugares,
para que quién salga huyendo con el dinero lleve un control del mismo, incluso, en muchísimos apostadores que lo hacen online y con tarjetas de crédito dentro de la red oscura, ya que no deja de ser un espectáculo relativamente ilegal.

—Me encargaré de sostener las mismas en su máximo esplendor durante la noche.— Carraspea.

Queriéndole dar la confianza suficiente a su padre para que se quede tranquilo de que esta noche, León arrasará en las apuestas, además de qué le tienen muchísima fé a qué gane directamente la pelea.

—No espero menos, tenemos que mantener a León con nosotros, y si le damos el dinero de las apuestas comenzará a ver las cosas de otra manera, o esto espero.— Suspira pasando una mano por su barbilla.

Noah guarda su teléfono tras el bolsillo trasero de sus jeans negros, y hace lo mismo con la tablet, dejándola en su cartera.

—No creo qué León sea de los que se dejan impresionar por el dinero.— Murmura ofreciendo una respuesta que su padre nunca le pidió.

Alaric la observa achinando sus ojos. —Si, pero nadie se niega al dinero fácil.— Sonríe maldicioso.

Noah infla su pecho, y decide que es momento de no volver a decir absolutamente más nada, agradeciendo cuándo Enzo aparece con una sonrisa, lleva unos jeans negros cómo los de ella con una camisa a cuadros anudada en la cintura, una camiseta blanca y un buzo gris encima.

—Llegas tarde.— Su padre mira el reloj con una mueca de disgusto.

—¡Tu estrella favorita todavía siquiera llegó, así que relájate un poco que no estoy llegando tarde!— Se carajea alzando las manos y señalando a su alrededor.

—¿Alguien sabe dónde está León?— Bufa pasando una mano por su cabeza ofuscado. —¡Noah, serás su agente, tenés qué tener comunicación directa con él y saber en dónde se encuentra cada segundo y paso que haga!— Se queja mirándola con su entrecejo fruncido.

Noah suspira y sale al exterior del edificio sin responder ante aquella pregunta, porque es más que obvio que es la última persona que puede llegar a tener contacto para con León en estos momentos, y por lo cuál no tiene ganas de tolerar el mal humor de su padre por la llegada tardía de su futuro campeón.

Se apoya en su auto y comienza a teclear en su teléfono para ir viendo todas las estadísticas de la apuesta de esta noche, mientras que le responde a su amiga que no sabe a qué hora se va a liberar luego para ir a tomar algo algún bar.

En dicho interín, Enzo mira a su padre sin decir una palabra, mientras este guarda su teléfono móvil tras haber visto que no tiene ninguna notificación del rubio.

Tampoco estaba esperando una aclaración de que llegaba tarde, ya que todavía ni siquiera era el horario pactado para encontrarse.

—¿Me acaba de dejar sin responder?— Aprieta su mandíbula con frustración.

—Estas agobiando a las personas, Ric, ella está haciendo un estupendo trabajo y ni siquiera es la hora pactada en la que quedamos encontramos acá con León, tenés qué bajar tu intensidad. Nos vas a poner a todos histéricos.— Remoja sus labios decirlo de manera relajada.

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