Parte 39

4 1 0
                                    

Luego de aquella semana tan intensa en la que habían sucedido demasiadas cosas en un periodo muy corto de tiempo, Noah no lo volvió a ver si quiera en los entrenamientos.

Y lo peor de todo es que parecía ser que ambos fingían demencia, con más exactitud quién lo hacía a la perfección era León, y nadie podía saber por qué había cambiado de opinión tan rápidamente respecto a volver al gimnasio.

Aquello estuvo bien para cualquiera de los dos hermanos Melle, y también estuvo bien para Alaric, que a pesar de haber tenido ese pequeño cruce de palabras, aúnque, solamente quién había hablado había sido León, no había vuelto a tocar el tema para con su boxeador estrella.

De la misma manera qué para León también estaba bien, no era una persona que estuviera tolerando el hecho de que se le preguntara a todo momento porque es que hacía o dejaba de hacer las cosas, y al ser un hombre de muy pocas palabras prefería que todos se mantuviera de la misma manera.

Agradeciendo, principalmente a su mejor amigo por no haber preguntado respecto a lo que había sucedido, ya qué cuando llegó esa misma tarde al departamento esperaba verlo con todos sus petates y no había sido esa la forma en la que lo vió.

Noah, mientras tanto, estaba muy ocupada con las reservaciones de los hoteles, los restaurantes, y que todo estuviera okey en las Vegas, además de su otro trabajo.

Al mismo tiempo qué hacía todo lo posible por evitar a su padre, y si bien, era algo que le salía por completa naturalidad y de la misma manera le salía a Alaric, esperaba no tentar al diablo acercándose al gimnasio.

Y para gracia de ella, tampoco, volvieron hablar con Enzo sobre lo ocurrido con León, y ni siquiera del tema de lo que había sucedido en el gimnasio para con su padre, ni de porque León había reaccionado así con ella, o qué había sucedido exactamente en los lockers.

De todos modos, Noah tampoco estaba muy bien informada de qué es lo que había sucedido en los vestuarios, ni cómo es que de lo presionada que se encontraban ni siquiera se había dado cuenta de que León estaba allí.

No esperando jamás que él fuera la persona que la estuviera ayudando a no ahogarse en su propio vómito.

Dentro de dos días sería el viaje y Noah, precavida ante todo, ya estaba preparando las valijas de su hermano y las de ella.

No se la notaba muy emocionada, ya qué, por supuesto, que le relación con León no es la mejor y sigue extrañada de que él haya vuelto al gimnasio después de haberle dicho tales cosas, pero no se puede quejar y lamentablemente le está agradecida en silencio por lo que hizo.

En su momento, cuando tuvo que pedirle el pasaporte y otorgarle los papeles de su rutina para que estuviera al tanto, había pensado en darle un pequeño agradecimiento por su parte sobre lo que había hecho o no, y luego se arrepintió por completo tan solo al observar cómo es que el rubio la miraba.

Además de que la relación con su padre no es la mejor, y se siente obligada a asistir a todos sus viajes, y si ella volvía a meter la pata, hablando mal y pronto, no había forma de que ese viaje pudiera llegar a solventarse de manera tranquila.

Alaric, gracias a sus extensos negocios, no apareció por el departamento para pedir una explicación respecto a lo que había sucedido, simplemente estuvo en el gimnasio dando órdenes y órdenes, entrenando a León, pero no hablo con ninguno de sus hijos.

Y así está bien para los tres.

Las cosas no están para hablar...

Enzo aún tiene resentimiento dentro de su cuerpo contra su padre por lo que prefiere esperar un poco para volver a entablar una conversación, ya que la última vez que se vieron ambos se habían dado un golpe en el rostro a cada uno, además de qué, de cualquier manera, Enzo tiene que verlo todos los días en los entrenamientos, fingiendo aunque no ocurre nada de ninguno de los dos lados. Por más qué Alaric no hace más que dar órdenes y corroborar que el rubio las cumpla a rajatabla para poder sacar lo mejor de él en la pelea...

INESTABLE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora