17: Confesiones

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Septiembre 22, 2021

02:15 AM

Despertar en la madrugada porque su teléfono sonaba, le traía el amargo recuerdo de esa llamada de la policía donde por fin le daban la noticia sobre su hijo.

«Hemos encontrado a su hijo, señor Kim, pero no vivo.»

Tan fríos, tan indolentes. No les importó escuchar su llanto desgarrador al momento de escuchar la noticia. Lloró por dos horas enteras en esa cama que se había vuelto fría y se negaba a ir a un descampado sólo para encontrar a su hijo muerto.

Minki le había traído desgracias en la vida y por esos años intentó no hacer evidente aquel sentimiento de ira cada vez que veía a su cachorro a los ojos. Verlo era ver a su violador, ese mismo bastardo que lo acorraló en un callejón y lo llenó de su asquerosa esencia en contra de su voluntad y cuyo hijo tuvo que parir porque nadie lo quiso ayudar a abortar.

Intentaba querer a Minki, en serio que lo intentaba, pero sus intentos acababan en él gritándole al niño que se largara de su vista cada vez que el pequeño quería abrazarle. Al final se terminaba disculpando y cuando el cachorro apenas y sabía de la vida se atrevió a decirle lo que pasó, el motivo de su desprecio hacia él.

-Me violaron. -Le había dicho, no queriendo irse por lo infantil para explicar su dolor-. Me violaron y te tuve a ti, Minki.

Por supuesto, el niño estaba rodeado de un ambiente tan adulto que ya sabía perfectamente lo que era esa palabra y desde entonces, dejó de molestar a su papá. Sólo le hablaba para lo justo y necesario y Jin se mostró totalmente agradecido con esa ley del hielo.

Luego, le mataron a su hijo.

Su llanto se debía a la culpa que sentía, porque él pudo haber amado a su hijo, él pudo haberlo protegido, él pudo haber sido un buen padre. Pero la muerte no perdonaba los "Hubiera" y esa mañana, SeokJin fue a ver el cuerpo de su hijo en un descampado.

Era libre, pero tenía un peso en sus hombros que hasta el sol de hoy no se le iba.

Es por ello, que el vibrar de su teléfono junto con el tono de llamada causó un vuelco en su corazón y tuvo que tomarse unos segundos para asimilar la realidad: Minki ya estaba muerto.

«Detective Kim.»

SeokJin frunció el ceño ante la repentina llamada del alfa. No hablaban desde que fueron a ver a Lee JiChul, desde que se besaron en el auto. Tal vez las cosas estaban algo incómodas entre ellos y por eso su comunicación no había sido posible hasta ese momento. Igualmente, su corazón comenzó a latir rápidamente.

Contestó la llamada.

-¿Detective Kim? -Musita somnoliento-. ¿Por qué llama a esta hora?

-¿Estabas dormido?

-¿Creyó que estaba trabajando?

-La verdad... Sí.

Jin soltó una pequeña risa, mirando el techo con el teléfono en la oreja, hablando en medio de la oscuridad. Se sentía como un adolescente enamorado o al menos el ambiente lo hacía sentir así.

-Me tomé unos días del trabajo. -Explicó el omega-. Tengo derecho a eso, tomando en cuenta lo que hago, es obvio que necesito un respiro. Estoy en mi apartamento.

-¿Está bien si voy a verte?

SeokJin sintió un vacío en el estómago, una sensación que no sentía desde hace mucho tiempo.

-¿Ahora? Hombre, que no estoy presentable.

-No creo que estés horrible, siempre te ves bien. Quiero hablar con alguien, Jin, en serio necesito verte.

[Libro 1] Catarsis de perversiones ||TK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora