14: La mariposa

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Septiembre 21, 2021

01:15 AM

La estaba liando.

La estaba liando de la manera más jodida posible. Lo sabía, él mismo estaba echando a perder todo lo que por años había construido y no sabía qué le dolía más: Que su plan se estuviera desmoronando justo delante de sus ojos, o que su pareja lo estuviera mirando de esa forma tan fría.

Coño, es que era ridículo. ¿El puto asesino del origami enamorándose del padre de una de sus víctimas? Putamente surrealista.

En algún punto de su vida, el convertirse en el retorcido asesino que una vez al año acaba con la vida de un infante le había hecho pensar que era intocable. Tenía sus motivos y aspiraciones, no se consideraba siquiera una mala persona. No, no era un monstruo por matar niños de esa manera. Según él. Creía que era intocable por no haber sido descubierto en ocho años, creía que iba a poder seguir así hasta sentir que ya era suficiente, que ya su penitencia había culminado; pero la verdad, la puta verdad, era tan vulnerable como cualquier asesino promedio que se deja huellas en la escena del crimen y que sólo usa un cuchillo de cocina.

Su tarea era simple: Hacerse pasar por investigador privado, dar con los padres de las víctimas y recaudar las pruebas para poder destruirlas. Tan sencillo como eso. Y aún así, fue jodidamente capaz de complicar las putas cosas sólo porque se sentía fuertemente atraído por un omega al que directamente, lastimó.

Nunca se paró a pensar el daño que le estaba haciendo a los padres cuyos hijos asesinaba. No lo hacía, no era parte del plan, pero su supuesta estrategia lo terminó involucrando tanto con ese omega que ya comenzaba a cuestionarse si realmente valía la pena continuar con ese ritual anual.

¿Cómo es que de repente había nacido un escrúpulo en su cabeza y repentinamente quería parar todo?

Quería regresar a YeonJun a los brazos de su padre e irse lejos, muy lejos. Seguir sosteniendo la mentira y huir.

Pero el plan no era del todo suyo.

Hoseok había sido el primero en escuchar sus aspiraciones, sus deseos y su historia; y fue el único que decidió ayudarlo con todo. Él fue el que perfeccionó su modus operandi, él fue el que lo protegió de los riesgos, él fue el que hizo tratos con los Lee para conseguir el túnel con el pozo, él fue el que le enseñó cada fallo y acierto que pudiese tener su plan. Fue a él al que besó cuando su primer asesinato fue todo un éxito. Todo se le atribuía a Hoseok, los dos trabajaban juntos, los dos eran el asesino del origami, los dos habían decidido continuar con todo eso por ocho años consecutivos y los dos fueron los que decidieron ser más que simples compañeros. La decisión de abandonar todo no sólo dependía de NamJoon, también dependía de Hoseok.

Hoseok estaba en su sillón, fumando un cigarrillo mientras lo veía fijamente. Había llegado a casa y el beta, como siempre, aparecía repentinamente en sus aposentos. Él conservaba todavía sus llaves aun cuando habían decidido vivir por separado, todavía se metía a su cama a mitad de la noche y todavía dejaba preparado el desayuno para él.

Strangers in the night de Frank Sinatra sonaba desde su tocadiscos y junto con el cenicero con tres cigarrillos desechos, una botella de whisky reposaba junto con un vaso regordete cuyo líquido estaba por la mitad. La gabardina del beta estaba sobre el respaldo del sofá, los zapatos negros y

perfectamente lustrados estaban en el armario de la entrada; tres botones de su camisa estaban desprendidos y su corbata estaba floja. Hoseok estaba en su departamento desde hace rato.

-Hasta que llegas. -Dice el beta, apagando el cigarrillo contra el cenicero y tomando el vaso de whisky-. Ven, siéntate.

NamJoon cuelga su sombrero y su gabardina en el perchero, después deja sus zapatos en el armario y continuamente se sienta junto a Hoseok en el sofá. El beta saca un cigarrillo Black devil de color negro y lo posa en su boca para después prenderlo con su encendedor. NamJoon cala profundamente y retiene el humo unos segundos, para después dejarlo salir por sus fosas nasales y entre sus labios. Hoseok exhala por la nariz profundamente y bebe un sorbo de whisky.

[Libro 1] Catarsis de perversiones ||TK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora