La familia Min estaba conformada por gente de poder y de un alto conservatismo. Era una de las familias poderosas de Icheon, de esas que visten caro y que alzan la copa roja hasta el borde. Pero sobre todo, era de esas que todavía creían en los matrimonios arreglados y en los negocios por medio de alianzas matrimoniales e hijos.
Choi JaeRim y Min SangYoo contrajeron nupcias muy jóvenes, teniendo respectivamente dieciocho y veinte años. Al principio, la relación se forjó como si no existiera nada entre ellos. Apenas se dirigían la palabra y dormían por separado, cada uno tenía su trabajo y según las malas lenguas, ambos tenían su respectiva pareja. Los dos eran conscientes de que no querían estar casados, no querían compartir una relación juntos, era la presión de sus familias lo que los mantenía juntos y preferían vivir con ese compromiso, pero teniendo una vida aparte.
Ese acuerdo, por supuesto, al principio les vino de perlas. No tenían problemas, en las reuniones familiares se les veía felices y los padres de ambos estaban encantados con su relación. Todo iba bien con el paso de los años, hasta que a los Min les extrañó que en esa relación todavía no hubiese un hijo y como con ellos nada iba de rodeos, no tardaron en preguntar por el día en que por llegaría un nuevo miembro a la familia. Y esa sola petición, acabó por destruir la buena relación que tenían.
Un hijo era mucha responsabilidad y no iban a tener tiempo para sus vidas personales. Según los Min, JaeRim debía hacer su labor como mujer de quedarse en la casa con el futuro bebé que tuvieran y SangYoo sería el que iba a velar por ambos. Todos sus planes se fueron por la borda y la presión fue tanta, que en una de sus tantas noches juntos decidieron no usar ningún tipo de anticonceptivo y a las pocas semanas, ya era un hecho. Dieron el anuncio del embarazo a la familia y los Min mostraron su alegría, pero también su deseo de que ese retoño fuese de una casta digna. No querían un omega, mucho menos a un beta. Un alfa sería aceptable, pero un gamma sería una total bendición. Los Min tenían sangre de castas que para ese entonces se consideraban fuertes y capaces a nivel social. Un omega o un beta eran un desperdicio y esperaban que el nuevo miembro de la familia no lo fuese.
JaeRim y SangYoo se llenaron de más estrés por el miedo de que su hijo fuese repudiado. El pequeño nació prematuro y ahora sólo les quedaba cinco años como máximo para conocer su casta. Qué fortuna para ellos fue descubrir que su pequeño Min YoonGi era un gamma de sangre pura como la de su familia, un Min digno que iba a llevar a lo alto el apellido de la familia y el gozo de su nacimiento duró años.
YoonGi tuvo una infancia estricta pero feliz, lo único negativo que podía rescatar era la ausencia tan frecuente de sus padres en casa, pero nunca le faltó nada. Cuando estaban presentes, sus padres lo trataban bien y era el más consentido por sus tíos y abuelos. Nunca tuvo un momento de su infancia que lo hubiese marcado. O bueno, sí tuvo uno que lo inquietó y fue cuando tenía tan sólo cinco años y los Min cenaron por primera vez con los Jeon.
Los Jeon, los dueños del banco Begin, una familia poderosa residente de Busan que en celebración por el nacimiento de su primer hijo estaban de paso por Icheon y que gustosos aceptaron la invitación de los Min para cenar y charlar. Los Jeon no estaban interesados en los negocios enfocados en la tecnología de los Min, no obstante, ellos sí estaban interesados en los Jeon. Querían una alianza, una jugosa alianza de la cual salir beneficiados.
Min SangYoo sabía que Jeon HeeSok era un hombre fácil de convencer con sólo invitarle a un whisky y hablarle con las palabras correctas. Sin embargo, Jeon Hyori no era un asunto fácil. Era una mujer joven y... Singular. De una belleza arrebatadora, de grandes ojos y sonrisa enigmática. Una dama de pocas palabras, pero intimidante. Min JaeRim creyó que podía encargarse de ella.
-Señorita Hyori, ¿Por qué no deja a Jungkook con una de nuestras nodrizas para que pueda disfrutar de la velada? -Le preguntó JaeRim, sosteniendo una copa de Vinotinto.
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[Libro 1] Catarsis de perversiones ||TK||
FanfictionCréditos de portada a: cruel_intentions ----- «Yo muero en ti, tú mueres en mí» La ola de asesinatos a infantes ha ido en ascenso en los últimos ocho años y por las mismas causas. Ocurren durante el otoño y de forma anual, con víctimas entre las eda...