27: La última figura

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NamJoon amaba a Hoseok, pero también amaba la libertad que le dio en su separación.

Tras separarse por su infidelidad, decidieron romper por la paz y el alfa ya era prácticamente libre de hacer lo que quisiera, tanto así, que volvió a buscar a cierto omega que había conocido en La Trinidad de Daegu y que lo había hipnotizado por completo.

Se había enamorado de aquel omega, de sus ojos de ciervo, de sus labios delgados, del lunar bajo su labio, de su cintura perfecta, sus muslos duros y su voz dulce que se distorsionaba en gemidos preciosos cada vez que ambos follaban hasta la madrugada cuando comenzaron a vivir juntos en Busan.

Dos asesinos seriales, dos locos que complementaban el ying y el yang; uno era la locura por el amor, otro la locura por la destrucción de su propia cabeza. Se amaban así, llegaron a amarse así.

NamJoon viajaba constantemente a Busan a verlo, otras, era él quien viajaba a Seúl y se quedaba en su apartamento. Se llamaban a diario, se escuchaban delirar del placer cuando se extrañaban demasiado por la distancia. Tenían una vida hecha juntos.

Pero Hoseok era más prioridad que él, porque Hoseok aparte de amarle podía hundirle. Él también era el que tenía las figuras de origami en la mano, las orquídeas y el barro en las botas. Él usaba el sombrero y la gabardina en su ausencia. Él carecía de empatía, pero le amaba y porque lo amaba lo iba a joder si no aterrizaba pronto.

-No me importa si te lo follas cincuenta veces al día. -Le dijo la vez que lo visitó a su apartamento-. Lo que me importa es que te está distrayendo del objetivo real. Así que, NamJoon, o aterrizas o te hago aterrizar y sabes que soy capaz de joderte ante un tribunal con el mazo de pruebas que me confiaste. Yo me salvo el culo porque soy capaz de abandonarte y tú te pudres en una cárcel. ¿Entiendes? Olvídate de ese puto omega o vas a pensar en él en la puta celda más oscura de la cárcel.

Aquello lo hizo despertar de su sueño, reventar su burbuja. Su homenaje a su hermano, su tributo, su trabajo, era mucho más importante que un omega que se encontró en un hospital mental y con el que llevaba casi dos años.

Hoseok siempre le apoyó, siempre fue él.

Dejó a Jungkook en un restaurante, en medio de un ataque de nervios que despertaba ese lado violento suyo. Lo dejó nuevamente vacío y regresó a Hoseok. Siempre iba a regresar a él, porque le había entregado su vida hace ocho años. Cuando regresó, tuvieron sexo como nunca antes de secuestrar a su siguiente víctima.

Era su última oportunidad. O se encargaba de entregarle a Jungkook a Hoseok, o sería traicionado y todo lo que había construido se hundiría. Antepuso sus prioridades frente a las de Jungkook y comenzaría con algo de lo que sabía se arrepentiría más adelante.

Había convencido a SeokJin de cooperar en el asalto después de haberle demostrado la belleza de su trabajo. Igualmente, la atracción que había entre ambos los hacía tener la necesidad de mantenerse juntos por muy cuestionable que sea la situación. Además de ello, NamJoon notó ese brillo lascivo en los ojos de SeokJin cuando conoció a Hoseok. Las cosas se iban a poner interesantes si es que salían vivos de ahí.

Jin no estaba preparado para el uso de armas (O eso pensaban), pero había resultado siendo muy eficiente al momento de burlar la seguridad del burdel, logrando mezclarse a la perfección para así desactivar cada una de las cámaras y permitirle a Hoseok estar dentro del burdel desde fuera, como un titiritero manejando los hilos.

SeulGi, por otro lado, era una sociópata amante de las armas y la muerte y si debía matarse con todos los que se encontrara, lo haría por diversión y no por supervivencia.

SunMi, por último, estaba ahí para asegurarse de que todo saliera a la perfección, por delante de TaeYong, pero resultó disparando armas, aplicando lo que había aprendido en el tiempo en que su padre la obligó a meterse en el cruel deporte de la cacería. Eran pocos a comparación de El Dorado, pero los estaban destrozando por completo.

[Libro 1] Catarsis de perversiones ||TK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora