[Libro 1] Catarsis de perversiones ||TK||

49: El primer círculo del infierno

Octubre 15, 2024

YeonJun ese día en particular había llegado temprano de la escuela debido a la inasistencia de su maestra de lenguaje.

El chófer de su papá había ido a recogerlo de inmediato y cuando llegó a su hogar soltó un profundo suspiro, esperando no encontrarse con su padrastro como todos los días. Su relación con Jeon Jungkook era tan tensa que incluso encontrárselo le helaba la sangre.

Llevaba casi dos años viviendo bajo el mismo techo que él, dos años viendo al asesino de su madre sentarse en la mesa y comer sin resentimiento alguno. No creyó que alguien pudiese ser tan hipócrita y doble cara, pero claro, también estaba su padre. Kim TaeHyung estaba realmente enamorado y tras tanto tiempo desde la ausencia de su hermano mayor, pudo ver que su padre volvía a ser el mismo de antes.

Por supuesto tenía sus detalles. TaeHyung ya no era ese hombre que infundía un aura hogareña y tranquilizante, no era su padre al que dibujaba como un superhéroe en sus tareas, mucho menos era el defensor que lo protegía a él y a su hermano de los feos monstruos. Ya no era nada de eso, su padre era distinto, un hombre frívolo y calculador, alguien a quien no le pesaba la mano para acabar con una vida. Sabía que su papá era un asesino, un cabecilla en el mundo criminal y que estaba siendo buscado en todo Corea. Lo sabía, pero no podía odiarlo ni repugnarlo como lo era en el caso de Jeon Jungkook.

Realmente intentó llevar las cosas en paz con él, sin embargo, acercarse a su papá era entrar en terreno peligroso si Jungkook estaba cerca. Todavía recordaba aquella vez que le dio vidrio molido haciéndolo pasar por sal y que le dio carne humana con veneno para ratas, intoxicándolo hasta la hospitalización. Jungkook siempre intentaba matarlo de manera tal que su muerte parecía un accidente. Y no sólo eso, mentía o exageraba las situaciones para que su papá lo reprendiera, sembrando discordia en su relación. Por supuesto, los empujones, las miradas y las amenazas venían incluidas en ese infierno.

Pero lo soportaba, porque su papá era feliz con él.

Su papá ya le había dicho en diversas ocasiones lo mismo, tanto que ya se sabía el sermón de memoria. Recuerda que la primera vez que hablaron del tema fue frente a un lago, una tarde que los dos quisieron tener un almuerzo juntos como en los viejos tiempos.

-Jungkook no es una persona equilibrada mentalmente. No está bien. -Le dijo-. Sé que es difícil, incluso incómodo, admito que convivir con él es complicado. Pero... Tal vez sea cuestión de tiempo hasta que los dos puedan llevarse bien. O bueno, no te digo que seas su mejor amigo, es más, no me enfadaré si no lo quieres cerca. Sólo te pido que aceptes a tus hermanas y que respetes que tu hermano le tenga aprecio, no le arruines la visión que tiene sobre él. Es lo único que te pido.

-Mató a mamá. -Mencionó tras escuchar eso, lanzando una piedra al lago-. No creo que sea algo que pueda olvidar. Entiendo si tú ya no la querías, pero yo sí. En ese tiempo... Ella era lo único que tenía para aferrarme, aunque cometiera error tras error. Es feo ya no percibir a tus padres como lo hacías antes.

- ¿Y ahora qué percepción tienes de mí?

YeonJun lo miró y apoyó su cabeza en su brazo.

-En que preferiría mucho que sólo fuésemos tú y yo. Fantaseaba con que me salvaras y nos fuésemos los dos lejos, a algún lugar en Corea para empezar de cero. Supongo que mi fantasía es algo similar a la realidad, pero no quita el hecho de que conociste a alguien que te cambió por completo. Supongo que siempre fuiste así y sólo eras bueno mintiendo. Valoro que finalmente seas honesto conmigo.

TaeHyung sonrió y besó la coronilla de su hijo.

-Gracias, mi amor.

Desde ese entonces, su padre y él habían vuelto a forjar una cercanía como la de antes, que aunque no era del agrado de Jungkook, a ellos no parecía importarle. De cierta manera y viéndolo desde un punto optimista, las cosas habían mejorado y Jungkook sólo era un pequeño problema el cual podía ignorar.