35: Negociación

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Sus ojos se abrieron apenas sintió el sol chocar contra su rostro. Arrugó un poco nariz y los abrió lentamente, encontrándose en una habitación completamente blanca. Las cortinas ondeaban con gracia por la suave brisa mañanera y todo estaba en total silencio. El único contenido de la habitación era la cama donde dormía y las cortinas.

Buscó con la mirada algún indicio de dónde podría estar y al levantarse se dio cuenta de que estaba totalmente desnudo, con varios heridas abiertas que sangraban sobre las sábanas blancas, manchándolas con su sangre.

Sus manos acariciaron su vientre que se encontraba totalmente plano, buscando algo que no acababa de comprender qué era.

Se sobresaltó ante el rechinido repentino de una puerta que apareció de la nada y sus ojos se enfocaron en ella, viendo entrar a Kim NamJoon por el umbral. Vestía totalmente de negro, con un sombrero y una gabardina y sostenía una bandeja con un vaso de cristal con un líquido rojo servido y alrededor del vaso había varias figuras de origami en forma de aves y mariposas. El papel de las figuras estaba manchado de sangre y los papeles usados para hacer las figuras eran actas de defunción.

Jungkook leyó los nombres que se alcanzaban a ver en las alas de las mariposas y de las aves.

"Jeon Hyori." "Jeon HeeSok." "Jeon JaeHyun." "Kim SooBin." "Kim YeonJun." "Kim BeomGyu."

-¿Nam? -Musitó, ladeando su cabeza-. Cariño, no me apetece tomar nada ahora.

Pero NamJoon no le dice nada, sólo se sienta en el borde de la cama y le extiende el vaso. Los movimientos de Jungkook son ajenos a sus pensamientos y aunque grita en sus adentros una respuesta opositora, su mano se extiende para agarrar el frío cristal que lleva a sus labios. Cuando la bandeja queda vacía, las figuras de origami se tiñen de un color rojo por cada trago que da al vaso, hasta que este queda vacío y el papel se deshace.

Pronto siente un beso en su mejilla y un apretón en el interior de su muslo izquierdo.

-Es por tu bien, Nochu.

Pasados treinta segundos que Jungkook cuenta en su cabeza, siente un profundo malestar en el estómago. Un malestar que después se transforma en un dolor punzante que lo hace encorvar agarrándose el abdomen.

Aprieta dientes y suelta un desgarrador grito cuando siente un dolor que se podría comparar con un cuchillo penetrando sus entrañas comenzando a rasgar todo a su paso. NamJoon acaricia su espalda con una mirada carente de emociones. Un sabor metálico envuelve sus papilas gustativas, abriendo paso a un líquido que sube por su garganta y se derrama en el suelo.

Un chorro de sangre sale expulsado de su boca acompañado de figuras de origami en forma de libélulas que aprenden vuelo apenas se liberan de sus entrañas, revoloteando por la habitación, manchando con sus alas la pulcritud de las paredes y chocando contra el cristal de una ventana que pronto se tiñe de rojo. Cuando siente que algo se quedó en su garganta, Jungkook jala de lo que parece ser la cuerda de un anzuelo. Tironea de ella, gritando con desgarro cuando el anzuelo raspa en todo su interior.

Apenas este sale de su cuerpo, en su mano cae una figura de origami completamente ensangrentada, cubierta de coágulos de sangre y parte de las paredes de su esófago. La figura era de un cuervo, hecho en un acta de defunción que tenía un último nombre.

"Jeon Jungkook."

En ese instante, en medio de su estupefacción, la iluminación natural se vuelve rojiza por la sangre de las libélulas y todo a su alrededor se torna completamente rojo. NamJoon desaparece de su lado y cuando Jungkook se levanta, se estremece al sentir que sus pies se humedecen por sangre que llega a sus tobillos. La cama también desaparece y en su lugar aparece un comedor con todo tipo de platillos servidos. Sus pies se mueven por sí solos y se acerca, sosteniendo el cuervo de papel en su mano.

[Libro 1] Catarsis de perversiones ||TK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora