53: Asfixia

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Una noche, cuando Jimin regresó tarde del trabajo debido a un artículo que debía tener listo para el día siguiente, tuvo un mal presentimiento desde que abrió la puerta del edificio y subió por el ascensor.

Caminando por el pasillo la sensación más que desvanecerse, lo que hizo fue empeorar de una forma significativa hasta que cruzó el pasillo por el que se ubicaba su apartamento, topándose con la razón de su corazonada.

-Oh, Jimin.

La señora Kim, la vecina de al lado y la que siempre les llevaba sopa de pollo siempre que preparaba de más, se encontraba con su pijama puesta y con una expresión llena de preocupación mientras en el suelo yacía Jungkook en un estado tan deplorable que Jimin no sabía a dónde mirar.

Jungkook, después de tres días sin aparecer en el trabajo ni en su casa, finalmente hacía acto de presencia en el estado que ya se temía.

Su ropa estaba completamente descolocada y sucia por sus propios accidentes, olía fatal, su cabello estaba húmedo y el olor a alcohol, combinado con el vómito, era nauseabundo desde el punto en el que se encontraba. Jimin se preguntó cómo es que pudo llegar, más en ese estado.

-Escuché ruido en el pasillo y bueno... ¿Estará bien? -Preguntó la mujer-. ¿Llamo a una ambulancia?

-No, ya me encargo yo. Muchas gracias, señora Kim. Realmente se lo agradezco.

La mujer asintió, todavía con un deje de preocupación en su mirada y ayudó a Jimin a sostener a Jungkook para entrar al apartamento, dejándolo en el baño. El alfa esbozó una sonrisa tranquilizadora a la mujer y cerró la puerta, dando una exhalación irritada mientras volvía hacia Jungkook.

Jungkook ya tenía sus ojos abiertos y sus pupilas estaban tan dilatadas que se distinguía poco el color de sus ojos.

- ¿Dónde estabas metido? -Preguntó Jimin, acomodando a Jungkook de manera tal de que podía acceder a su pantalón.

Jungkook gimoteó y apartó las manos de Jimin de su pantalón, emitiendo un suspiro quejumbroso.

-Apestas. -Le dijo-. Necesitas un baño.

-No quiero... -Gesticuló Jungkook, arrastrando tanto las palabras que a Jimin le costó entender lo que quería decir-. Hay sangre ahí abajo.

Jimin presionó los labios e ignorando las quejas por parte del omega, deslizó la prenda sucia junto a su ropa interior, la cual se hallaba completamente rasgada. Jimin no tenía el valor para ver más allá de la piel de los muslos del omega, pero se encontraba sin muchas opciones. Pudo escuchar a Jungkook sollozar cuando abrió sus piernas y encontró manchas de sangre seca y lo que parecían ser pinchazos, como si se hubiera inyectado algo.

- ¿Consumiste heroína? -Interrogó Jimin, uniendo sus cejas-. Jungkook.

-Yo no... -Contestó Jungkook-. Yo no. No me desvistas más, no quiero más...

Jimin resopló, procediendo con la camisa. Jungkook sollozó nuevamente ante la negativa a sus peticiones, tratando de cubrir su pecho con sus brazos que bajo las mangas escondían moretones. Una vez lo desnudó por completo, comenzó a llenar la bañera con agua tibia y jabón de lavanda y una vez preparó todo, cargó a Jungkook y lo metió dentro de la bañera.

Apenas tocó el agua, Jungkook abrazó sus rodillas mientras veía a la nada, sintiendo la presencia de Jimin a través de la esponjilla que tallaba su espalda. Permanecieron en un silencio sepulcral, incluso en el instante donde Jungkook intentó mantener sus piernas cerradas y Jimin se metió entre ellas a la fuerza para limpiarlo, las palabras entre ellos no se mediaron.

[Libro 1] Catarsis de perversiones ||TK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora