«Sé que el diluvio del exterior me recibió como una caricia frívola cuando colapsé en el suelo después de haber dejado la habitación. Todo se volvió oscuro para mí, pero incluso si la muerte rozó sus labios contra los míos, creo que tus celos la llevaron a alejarse de mí. De nuevo.
Escuché gritos erráticos, luego sirenas, luego la nada. Dormí una semana entera, soñé contigo, lo sé porque mi primer deseo al despertar fue tocarme.
Tocarme y cortarme.
A mi alrededor hablaban inglés, les escuché decir que realmente había tenido suerte -creo que es clásico entre médicos decirme eso-. Soyeon tuvo que hacer de donante conmigo, pues perdí tanta sangre que ahora mi hermana padece de una anemia preocupante.
Tengo cicatrices nuevas en mi cuerpo, cicatrices que todavía duelen y apenas están cerrando para hacer parte del repertorio de historias sobre mi piel. Sobre nuestro hijo, me dijeron que estaba sano.
Al verme tan herido, prácticamente desnudo porque ni el pantalón me pude subir y con tu semen burbujeando todavía dentro de mí, creyeron que me habían abusado. No, no lo creyeron, lo dieron por sentado.
Y cabalgué la almohada pensando en eso.
Estuve internado todo un mes. Nuestros hijos están bien, no sé con cuántas mentiras les han enredado, pero supongo que con las suficientes como para seguirme mirando con amor. Siempre preguntan por ti, yo siempre respondo que algún día vas a volver, pues estás ocupado cuidándonos.
Nuestro lazo está completamente roto. Supongo, que eso es lo único que no pudimos rescatar de nosotros, pero tengo en mi cuerpo algo más valioso que eso y es el mapa que has dejado sobre mí. Siempre que me ducho lo veo, lo sigo, hasta que te siento aquí. Te sigo sintiendo intensamente...
Sé que sobreviviste. Sé que te las arreglaste para salir vivo y seguirme. ¿Por qué otra cosa yo seguiría vivo si no fuera el caso? Saber que estás en algún lado buscándome es lo que me hace continuar.
Cuando me dieron el alta fuimos a un lujoso apartamento. No me quejo, es espacioso para los niños y para mí, pero no lo he disfrutado como me gustaría. Porque todavía estoy aletargado del orgasmo que me diste, todavía te sigo sintiendo dentro.
Son tantas veces que me han visto cortándome que ya nadie confía en mí. Y le siguen mintiendo a los niños.
Permanezco más medicado que consciente y paso todo un fin de semana en un centro de salud mental que Kris pinta como una maravilla para mí. Y el fin de semana se convirtió en una semana de por medio.
En un instante de lucidez se lo dije a BeomGyu.
"Extraño tanto a tu padre." Le dije y nuestro hijo, en su inocencia, dijo que te extraña también. Y que me pondría mejor. Piensan que tengo gripe y que las pastillas que tomo para no rajarme el cuello son para la tos.
Y joder, no. No te extraño así. Tú no me quitarías el cuchillo cuando me quiera reventar las venas, tampoco me echarías un sermón sobre valorar mi vida. Te cortarías conmigo, te matarías conmigo. Mi esposo. Estoy atrapado aquí...
¿Por qué no me mataste esa noche?
En la clínica nos ponen a dibujar, también hacer crochet pero no me lo permiten porque estoy categorizado como de alto riesgo, así que me poner a hacer origami con guantes para no cortarme con el papel. Muy gracioso.
Es tan aburrido todo que ayudo a NamJoon a contar sus días en la jaula.
Ni siquiera me dejan fumar, piensan que apagaré el cigarrillo contra mi piel. Tal vez exageran, o tal el médico me ha estudiado hasta el alma y se leyó las doscientas páginas de mi historial médico. Eso, o Kris le pagó muchísimo dinero. Tal vez ya saben de ti y por eso no me quitan el ojo.
No me dejan tener contacto con nadie. Se preocupan más por el bebé, por lo que sólo monitorean que no me haga un aborto casero con las uñas. Yo quiero a nuestro bebé, ¿Por qué piensan que le haré daño? Me hacen sentir en la cárcel en ocasiones. Lo único que disfruto son las visitas de mis niños, el yogurt del almuerzo y la medicación que me hace dormir.
Sin embargo, ya eso se acaba. Mientras escribo esto, me dan el alta mañana. Kris mencionó un lugar donde quedarme, no piensa dejarme solo y comienzo a incomodarme. El beso se ha repetido una que otra vez, cuando deseo tener contacto con alguien, cuando en serio necesito follar. Pero su protección me incomoda.
Me incomoda tanto como mis cicatrices sanando. Me dijeron que escribiera una carta a la persona que más anhelara, y te anhelo a ti, esposo mío, para que me marques nuevamente.
Temo que tus cicatrices sanen en mi piel y desaparezcan, por eso intento mantenerlas abiertas. Te necesito tanto, TaeHyung, tanto que tengo ya mis dedos dentro de mí.
Cuando salga de aquí debo mostrar mejoría si no quiero que me quiten mis hijos y no me veo haciendo esto solo. Tu hijo crece dentro de mí, pero necesito algo más que sólo eso. Te necesito a ti.
Necesito... Tanto. No puedo escribirlo sin cruzarme de piernas.
Escribirte es lo último que me queda, sin embargo TaeHyung, supongo que deberé esperar. Es mi castigo, es tu castigo.
Esperar por el otro. Esperar hasta poder abrir nuestras pieles de nuevo.
Por eso decidí escribirte, para decirte que te amo, que te extraño. Que te necesito.
Te necesito dentro de mí, atravesándome de nuevo, drogándome de dolor y de placer.
Mi vino amargo que escoce en mis entrañas, si juego a tu juego, me dejarán ir y por fin estaré a solas.
Y cuando esté solo, jugaré con el cuchillo como tú juegas con mis bragas ensangrentadas. Me empalaré con el filo del cuchillo y me rellenaré de sangre como semen.
Y te daré a beber de él. De mi. De mi agujero ensangrentado, violado y ultrajado.
Quiero llorar cuando me preguntan por ti y te comparo con un vino. Vinotinto que me embriaga, que me escoce por dentro, que me retuerce. Pero por el que soy adicto.
Mi esposo, mi amado esposo. Dueño de mi cuerpo, de mi alma. De mí, sólo de mí.
Te amo. Te amo tanto como para matarme...
Pero fallo. Y cuando fallo duele. Y cuando duele llego a mi clímax.
A la cúspide del placer.
Llego a ti. Y mi corazón desciende a mi entrepierna.
Y sé que estás ahí. ¿Estás aquí ahora? Te puedo sentir. Firmando con mi sangre, usando mi tinta carmesí como sello. Como algo tuyo. Porque tuyo soy.
Y siendo tuyo, moriré.
Yo muero en ti, tú mueres en mí. »
- Carta de Jeon Jungkook que nunca envió a Kim TaeHyung, meses después del incidente.
Catarsis de Perversiones ||TK||©
circe__mid¡Gracias por leer!
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[Libro 1] Catarsis de perversiones ||TK||
FanfictionCréditos de portada a: cruel_intentions ----- «Yo muero en ti, tú mueres en mí» La ola de asesinatos a infantes ha ido en ascenso en los últimos ocho años y por las mismas causas. Ocurren durante el otoño y de forma anual, con víctimas entre las eda...