Arco III: Alianza

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Septiembre 17, 2016

02:48 AM

Las luces, la música techno haciendo vibrar todo a su paso y la gente que lo rodea sudorosa y drogada es todo lo que apenas y puede asimilar.

Baila en la pista con una botella de vodka en su mano, bebiendo a largos sorbos mientras su propia inconsciencia lo hace moverse al ritmo de la música. Sabe que está drogado, sabe que está ebrio y sabe que tiene que hacer un recado; pero a ninguna de las tres opciones les hace caso.

Varios alfas se le acercan para tocarlo entero, algunos atreviéndose a abrirle la camisa y a desprender su cinturón. Se frotaba contra la erección de uno que se puso detrás suyo para poder tocarle el culo y los pezones, todo mientras el omega se besaba de forma obscena con otro, pasando la agria pastilla de éxtasis de lengua en lengua. Al parecer, tres pastillas de éxtasis, el alcohol y tres líneas de coca no eran suficientes para él pese a que apenas y podía mantenerse en pie.

Sus sentidos adormecidos de alguna manera u otra logran hacerlo dar cuenta de la mirada lejana en la entrada del club que va a su dirección. Se aparta del alfa al que estaba besando y su mirada borrosa logra enfocar la gabardina y el sombrero del hombre que lo había citado a esas horas para un trabajo.

Jungkook se tambalea fuera de allí, dejando a los alfas con las pelotas azules en la pista. Se acomoda la ropa con una sola mano y se acerca a una mesa donde deja la botella vacía. Ignorando al tipo que lo seguía con la mirada, paga a un tipo por una bolsita pequeña de coca y apenas obtiene lo que quería la guarda dentro del bolsillo de su pantalón y finalmente se dirige hacia la entrada.

-Viniste en el peor momento. -Articula el omega, arrastrando las palabras-. Iba a tener el trío de mi puta vida.

El tipo no responde y Jungkook bufa con aburrimiento.

-¿Lentes de sol y bufanda que te cubre hasta la nariz en un sitio como este? No entiendo por qué te sigues tomando tantas molestias. Nunca me diste la cara cuando me follaste y...

-Te pagué por un trabajo, Jungkook. -Espetó el hombre, cortando las sátiras del omega-. Estoy jugándome las pelotas. Y vengo y te encuentro hecho mierda acá.

Jungkook se encogió de hombros.

-Nunca me dijiste el lugar de encuentro. En fin, ¿Nos vamos? Quiero hacer eso lo antes posible para ver si puedo tener una follada hoy.

El asesino no dice nada y se gira para avanzar fuera del club, siendo seguido por el omega que con una mueca fastidiada lo sigue, tropezándose algunas veces. El hombre se sienta en el asiento del piloto y Jungkook en el del copiloto, luego el trayecto hacia un lugar desconocido empieza.

Jungkook no pide permiso para sacar la bolsa de coca del bolsillo de su pantalón junto con una tarjeta y un billete.

-Ve más despacio o voy a tirar toda la mierda.

-¿No estás ya muy tocado? -Cuestiona el asesino, viendo de reojo a Jungkook tirar en la guantera una buena cantidad de polvo blanco que comenzó a alinear con la tarjeta.

Jungkook no responde en su momento. Sólo pasa la punta de su lengua sobre el borde del billete para envolverlo.

-Me pagaste para matar a alguien, lo demás, no es tu problema. -Dice el omega, inclinándose un poco. Cubre con su dedo una de sus fosas nasales y comienza a inhalar las tres líneas que formó. Tiró su cabeza para atrás con los ojos cerrados, dándose un par de toques en la nariz.

-Lo digo porque más bien no quiero lidiar con una sobredosis. Tengo mejores cosas para hacer.

-Nunca he tenido una. -Responde el omega, recostando su cabeza en el vidrio-. Tampoco soy un drogadicto. Hoy... Sólo quería excederme. Hace apenas tres días que conocí la libertad.

-¿La libertad? -Cuestiona el asesino.

-Sí... Cuatro años en una jaula con dos comidas a la semana y siendo la puta de media banda criminal, una semana en prisión preventiva, seis años de mierda en una cárcel, tres meses en sala de aislamiento... Números, números, números. -Murmuró, apoyando su cabeza en el cristal del auto-. Apenas hoy me di cuenta de que mis padres están muertos, por primera vez no hay alguien que me azote y me queme con cigarrillos por llegar tarde.

Quería descontrolarme hoy, pero parecía esperar una llamada de ellos. Pero los maté.

El asesino del origami siente una gran pena por Jungkook, pero no lo expresa en voz alta ni mucho menos de forma expresiva. Se limita a mantenerse en silencio, viendo a Jungkook prender un cigarrillo para comenzar a fumar en un silencio de quince minutos.

-¿Quién es? -Cuestiona de repente el omega.

-¿Hm?

-¿A quién debo matar?

-Una testigo que se dejó Hope.

-Tu novio es un descuidado de mierda.

-¿Quieres el dinero o no?

-Lamento ser honesto.

Otro silencio de cinco minutos, Jungkook se termina el cigarrillo para después abrir la ventanilla y tirar la colilla, suspirando el último manto de humo.

-Feliz cumpleaños. -Pronuncia Jungkook-. Te dejé un regalo en la comisaría. No tengo ni puta idea de dónde vives, así que, que Hope te lo entregue.

El asesino frunció el ceño.

-Mi cumpleaños fue hace días.

-Hace cinco días estaba bajo custodia. Agradece que te estoy felicitando, tú me ayudaste a salir de allí. Es lo mínimo que puedo hacer. Más te vale usar el regalo que te compré, ¿Bien? Fue caro como la mierda.

El asesino no dice nada, pero agradece internamente el detalle del omega. Se estaciona cuando llegan al lugar indicado. Un almacén abandonado.

Apenas frenan, Jungkook suspira.

-¿Lento o rápido?

-Con tu condición, supongo que tienes energía para hacerlo lento. Jungkook sonríe halagado.

-Terminemos con esta mierda, dudo mucho que me vayas a follar esta noche y necesito un polvo rápido.

Y sin decir nada más, Jungkook se baja del vehículo.

[Libro 1] Catarsis de perversiones ||TK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora