28: Los Forasteros

409 44 17
                                    

Abril 30, 2018

-¡SooBin, YeonJun! ¡No corran tanto, pueden romper algo o lastimarse!

-¡Estaremos bien, papá!

TaeHyung suspira resignado, viendo a sus hijos entrar a la joyería Sweet Night, el patrimonio familiar de su esposa. Los Lee no sólo tenían un amplio terreno en el mundo de los burdeles, también lo tenían en el mundo de las antigüedades y joyería. El local más grande estaba en el centro de la ciudad, siendo una enorme edificación que hacía de museo y joyería con las piedras más bellas y valiosas del mundo, valoradas en miles de millones de dólares. Los cazarrecompensas visitaban constantemente el local en busca de algún tesoro, otras veces, llegaban otras personas a empeñar lo que tenían. Sea cual sea el caso, los Lee tenían un patrimonio valorizado en una alta suma de dinero de la cual SunMi y su hermano KangDae podían gozar, eso sin contar el negocio de los burdeles que tenían más escondido.

TaeHyung lanza una mirada de reojo a SunMi, quien está absorta viendo la nueva colección de joyería de la cual su madre le había hablado. El alfa sabía del deseo que tenía su omega de ser diseñadora de moda y joyería, pero la vida la premió con ser una simple contadora en una empresa.

-Los diseñó mi madre. -Le dijo SunMi al adivinar la cuestión de su esposo con respecto a las joyas-. Ella siempre tuvo talento.

-¿Las quieres? -Cuestionó TaeHyung, SunMi lo miró sonriendo con cierta sorna-. Sé que tus padres no te dan muestras.

-Valen dos millones y medio.

-Tu cumpleaños es pasado mañana, tómalo como un regalo adelantado. - Menciona el alfa antes de dejar un beso en la mejilla de SunMi-. Efectúa la compra, iré a ver qué hacen los niños.

-Está bien. Gracias, cariño.

Esas eran las pocas veces que realmente tenían una tregua, cuando se cansaban de discutir con el otro e intentaban tener algo se paz. Por ello, SunMi le regresa el beso pero en los labios y busca a alguna dependienta que la ayude.

TaeHyung comienza a recorrer la joyería, viendo maravillado los diseños, las piedras y el material con el que estaba fabricado cada arete, collar y anillo. Encontró a sus hijos contemplando una tiara de plata adornada por pequeños zafiros que brillaban intensamente ante las luces de la vitrina en que se hallaba exhibida.

-¡Papá! ¡Mira esto! -Exclamó SooBin, que sostenía la manito de su hermano menor-. Es una corona preciosa, ¿Cierto? ¡Como para una princesa!

-Sí, sin lugar a dudas es preciosa. -Comentó TaeHyung, acariciando el cabello de su cachorro-. Debió de pertenecer a alguien muy importante como para que la expongan.

-Papá, ¿Por qué las piedras son azules? ¡He visto de muchos colores pero nunca azules! ¿Son mágicas?

TaeHyung recuerda con nostalgia aquellos tiempos donde SooBin aún conservaba un poco de su inocencia, o al menos, se aferraba todavía a ella.

-No, cariño. A esas piedras se le llaman zafiros, son piedras preciosas muy, muy difíciles de hallar. Son bastante especiales.

-¿Uh? ¿Zafiros? -Parpadeó el cachorro y luego miró a su hermano menor que estaba demasiado ocupado jugando con su figura de Superman como para ser consciente de su alrededor-. ¡Jun! ¡Mira esas piedras! ¡Se llaman zafiros!

Los ojitos del pequeño de dos años y medio se alzaron para ver hacia donde señalaba su hermano.

-¿Zapiros?

-No, no. ¡Zafiros!

-¡Zapiros!

-Ugh, YeonJun, ¡Aprende a modular! A tu edad hablaba perfectamente.

[Libro 1] Catarsis de perversiones ||TK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora