(...)Desperté en la mañana, una mujer me trajo de desayuno.
—Psss—la llamé antes de que se fuera.
—¿Dígame?—se volteó hacia mí.
—¿Sabe algo de Jessi? La sirvienta—ella soltó una pequeña risita.
—Esta muerta—dijo saliendo de la habitación.
Me quedé en shock por un momento y después negué con la cabeza y acaricié el plumaje del cuervo que tenía entre mis manos.
¿Cómo murió Jessi? ¿Alguien la mató?
Hoy ningún guardia me vino a buscar así que en la tarde fui voluntariamente al laboratorio. No había nadie, los pasillos vacíos.
(...)
Ya es medianoche, tengo sueño, el cuervo está muy inquieto.
Me levanto de la cama cuando escucho el ruido en la puerta. Cuando abrí veo los guardias.
—Vamos—espeta uno de ellos.
—¿Qué? ¿Qué sucede?—pregunté confundida.
—El rey quiere verte—me agarra del abrazo y yo retrocedí.
—Necesito cambiarme, estoy descalza—murmuré.
—El rey quiere verte, prisionera, es ahora—me jala del brazo y yo me retorcí.
—No espera—no quiero ir con este vestido casi transparente. El piso está frío y yo descalza.
Abren las puertas y me tiran dentro. Pasa lo mismo de siempre. Me levanté antes que Exel me lo ordenara.
—¿Qué quieres a esta hora?—pregunté con enojo.
—Necesito hacer unas pruebas—su voz neutra de siempre, estaba sin corona. ¿El hace papel de rey o se pasa el día entero aquí?
Metió un papel dentro de un bolsillo de la bata blanca.
—Acércate—refunfuñó. El suelo estaba frío igual que todo el lugar.
Llegué hasta él.
—¿Por qué vienes con esos vestidos?—pregunta con una mueca de fastidio.
—Porque tus malditos guardias no me dejan ponerme otro—me abracé a mi misma.
Volteó los ojos en blanco. Viejo. Se levantó de la silla y me miró de una forma diabólica.
—Sígueme—habló.
Caminé tras él hasta llegar a una puerta blanca. La abrió y yo entré tras él, cerró la puerta con una extraña suavidad.
Había humo blanco, casi invisible. Esto parecía un congelador. Había envases sellados llenos de sangre, muchos, muchos, muchos.
Hay una camilla, una mesa y una computadora, un pequeño closet y un artefacto cuyo nombre desconozco.
Todo era blanco, olía a alcohol, a limpieza.
—Acuéstate ahí—me señalo la camilla.
Llegué hasta la camilla de suave sábanas blancas y me recosté. Exel se movía de un lugar a otro, yo lo observé. Estoy un poco cansada de esta mierda.
Creo que lo mejor que puedo hacer es dejar que haga lo que quiera conmigo, algun día me matará. Pero antes yo huiré y me vengaré. Después no lo sé, quizás mueva tierra, cielo y agua para encontrarme y arrancarme las alas. Lo mejor por ahora es hacerle creer que estoy débil y me quedaré aquí haciendo lo que él diga como si yo fuera una sumisa.
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El corazón del villano [2]
FantasyExel Ortiz es el peligroso villano de la historia, está lleno de pensamientos e ideas macabras donde solo planea las formas para logrará sus objetivos pero todo cambia cuando la víctima entra en su corazón...