Capítulo 31

12 3 0
                                    


Raunel me miró con una mueca porque sabe lo que sucederá.

—¡Exel!—gritó la abuela—. ¡¡Nietecito!!—llegó hasta mí.

Su cabello rojizo y crespo revoloteo por el aire y sus ojos cafés me observaron. A bajado de peso, el vestido morado le queda muy bien.

Llegó hasta mí y tiró fuerte de mi mejilla.

—¡¡Has crecido mucho muchachote!!—dice agarrando la otra mejilla.

—Abuela—saludé sintiendo dolor en la cara. Afra soltó una risita baja.

—¡Estás más grande! ¡Te ha crecido el cabello! ¡Eres un cojonudo!—me nalgueó. Cosas típicas de la abuela.

—Buenos días abuela—hice una mueca—. Ella es Afra, mi pareja—la miré. Afra se quedó sin habla y mi abuela se paró frente a ella y entrecerró los ojos mirándola.

Observo la marca de los dos colmillos del lazo de apareamiento. Después miró sus zapatos con detenimiento, luego escaneó su vestido y por último olfateó el aire tratando de distinguir su tipo de sangre. La abuela es meticulosa, muy parecida a mí pero social.

—¡Hola muchachita!—la abrazó. Afra abrió los ojos como platos.

—Hola, señora Isel yo...

—Nada de señora Isel—gruñó—¡Yo soy la abuela!

—Abuela—se corrigió Afra.

—Vamos a comer muchachos—nos invitó. Afra agarró mi mano al instante.

La cabeza de la mesa está vacía para mí. Alado derecho está Kia, alado izquierdo está Alice. ¿Qué mierda hace ella aquí? Alado de Kia están los niños. Alado de Alice está la abuela con Raunel y Lilia.

Me senté en la cabeza de la mesa y jalé a Afra sentandola en mi regazo.

—Exel—susurró—. Estamos en un almuerzo.

—Me importa una mierda que estemos en un almuerzo—hablé, todos me escuchan—. ¡Ja! Soy el rey y puedo comer con mi mujer sentada encima. ¿Te molesta?

Negó con la cabeza. Está nerviosa.

—¿Cómo van las cosas?—preguntó Raunel desde allá.

—Bien—agarré una cucharada de comida y me la tragué—. Hoy voy al pueblo, aburridas reuniones, ya sabes. Tambíen voy a la feria a divertirme con mi niña—besé el hombro de Afra, ella miró con los ojos muy abiertos.

—¿Qué?—interrumpió Kia a mi lado—. Ella es mamái, tu niña soy yo.

¿Ahora como arreglo esto?

—Yo sabía que Exel le decía así a mi hermana, ella es su niña—se burla Saimond.

—Y tú eres mi sobrino—se burló Kia. Lilia soltó una risotada. La abuela no entendió nada.

—Eso es imposible—habló Theo y Leo asintió confirmando las palabras de su hermano.

—Pero yo soy la niña—Kia me miró con un puchero—. Yo soy la pequeña—insistió.

—Es solo un apodo de cariño—dijo Raunel.

—Los jóvenes de hoy en día son raros—murmuró la abuela.

—Él me dice eso porque yo odiaba que me dijeran así—contó Afra.

—Pero tú eres mamái y yo soy niña—habló Kia.

Yo comí viendo show.

—Me parece que Exel la está mimando—comentó Raunel.

—Rau—regañó Lilia.

El corazón del villano [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora