Capítulo 38

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—¡Sepárate Exel!—ruge.

—¿Qué sucede?—me quedo hipnotizado con las olas, ya es más del mediodía. A estas horas los soles no son tan intensos.

—¿Y si te vomito encima mientras duermes?—pone cara de corderito asustado.

—Te odiaría mucho—bromeo.

—No digas eso—se aparta.

—No vas a vomitarme porque me amas, así que deja la tontería y abrázame que tengo frío—dije agarrándola.

—No hay frío, estamos en pleno verano.

—Pero la brisa es muy fría y necesito abracitos de esos que tú solo sabes darme—me abraza poco convencida.

—Vale—cierra los ojos acurrucándose junto a mí.

(...)

Dos semanas después... (Sábado)

Hemos pasado unos días fenomenales. El jueves fuimos al almuerzo y vimos la obra, Afra le encantó, también tocó la flauta. Yo estaba completamente hipnotizado, no despegué mis ojos de ella. El viernes la pasamos en el yate y en la noche regresamos al castillo.

Dormimos toda la noche, Afra está muy agotada. No ha vuelto a vomitar, solo fue un mal estómago, algo pasajero. Ya come con normalidad.

Han pasado semanas pero lo recuerdo como si fuera ayer.

En estos momentos estamos en las salas de juego. Afra está en el suelo jugando con Kia. Saimond está dormido en mi regazo. Me he encariñado con este pequeño. Le guarda mucho rencor a Zyker, supongo que por eso me agrada más que el resto de las especies.

—El evento empieza a las tres de la tarde, termina a las ocho de la noche si no les parece mal—murmura Lilia. Organiza unos eventos perfectos, Raunel está muy orgulloso—. Solo serán unas cinco horas. La comida estará lista antes de las tres.

El evento será mañana, domingo. Se celebra el día de "no a la violencia". Me parece algo realmente estúpido, el reino tiene esa absurda costumbre.

—Se realizará en la terraza del ala norte, es la más grande del castillo. No habrá problema, todo el reino está invitado públicamente—terminó de hablar Lilia.

Por el vínculo me llegó negación, observé como Afra dejó de peinar a la muñeca y se la dió a Kia. Sus alas inconsciente se abrieron y  cubrieron sus hombros y espalda. Solo yo la estoy observando.

Leo está en la ventana y Theo está saltando encima de Raunel.

—¿Habrá chocolates mamá?—pregunta Theo.

—Si, Theo. Deja de saltar encima de tu padre vas a...—Raunel se dobló de la cintura llevando su mano a su entrepierna—pisotear su...

—Perdón papá—se sentó en el sofá.

—No podré darte hermanos más adelante si continúas así Theo, deja de ser tan revoltoso—se queja Raunel con la cara completamente roja.

—La revoltosa es Kia no yo—se queja.

—Yo veo a Kia en el suelo jugando como una princesa pero tú pareces un canguro saltando sobre tu padre—habla Lilia con paciencia—. Mira a tu hermano—todos miramos a Leo sentando delante de la ventana.

—Pero yo soy distinto a mi hermano.

—No te estoy pidiendo que seas como Leo, te queremos como eres pero no deberías hacer ciertas cosas—le habla Lilia. Es una madre muy comprensiva.

—Podemos jugar a otra cosa, luego—se recupera Raunel.

—El más feliz en estos momentos es Saimond, se ve cómodo—miro al pequeño. Tiene el cabello revuelto.

El corazón del villano [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora