Capítulo 29 🔞

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Capítulo completo de sexo explícito... si no es de tu agrado leerla puede pasar al siguiente capítulo.

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Kia salió dejándonos solos, me tiré sobre Afra y comencé a besarla con ansias.

—¿Y ese deseo?—preguntó cuando nos separamos para tomar aire.

—No te beso desde ayer—me dió cortos besos en el labio.

Llevó sus manos a su espalda para quitarse el sujetador, retrocedí por inercia.

—No, todavía no estás sana—su cara de decepción pasó a uno pensativa.

—Tócate—me pidió.

—¿Qué?

—Puedes darme placer a través del vínculo. ¡Tócate! Lo necesito—se relamió el labio. También lo necesito pero no quiero lastimarla.

—Con una sola condición—cerré la puerta con seguro.

—¿Cuál?

—No me toques, ni te toques—ella asintió.

Desabroché mi pantalón y lo deslicé hasta las rodillas dejando mi falo erecto a su vista.

—Mira como me tienes chiquilla—agarré mi miembro para que lo mirase. Está rosado, duro, lleno de venas marcadas. No sé cómo esta niña puede ponerme así.

—Hazlo—ordenó. Ambos ojos están color negro con una mirada lujuriosa.

Me siento un sumiso, por los dioses, quiero hacer esto.

Mi mano se desliza despacio por mi miembro, las venas no tardan en marcarse en mi mano y brazo.

—Más—exigió.

—Tranquila—sonreí de lado.

Me quedé mirando sus senos redondos y su carita de demonio disfrazado de ángel. Escupí mi mano y la pegué a mi miembro dando una masturbación constante que la hizo jadear, verla exitada me lleno de éxtasis. Solté un jadeo y apresuré mi mano.

El vínculo envío el placer que siento hacia ella haciéndola jadear.

—Así—jadeó.

—Afra—gruñí viendo como sale líquido preseminal de la punta de mi falo.

—Sigue—jadeo quitándose el sujetador. ¿Por qué desobedece?—Por favor.

Apoyó su espalda a la cabecera, sus alas están erectas. Llevó sus manos a sus senos y comenzó a masajearse con simétrica. Llegué al clímax más rápido de lo que pensé.

La imagen me llena de ganas y prendé fuego en mi cuerpo. Masturbo mi pene con rapidez mientras ella me envía su placer. Juega con sus tetas como una zorra. Me provoca más y más. Mis músculos se contraer y mi abdomen definido se marca más aún.

—Afra—gruñí cuando comencé a eyacular en mi mano. Ella se retorció del placer mientras yo disfrutaba mi orgasmo. Mi mano se llenó de semen espeso, la deslicé por mi falo una última vez para recoger todos blancos fluidos.

Subí mis pantalones

Me acerqué y le extendí la mano, agarró mi muñeca y chupó la punta de mis dedos. ¿Por qué la punta?

Después llevó mi mano a uno de sus senos dejando todo en él. Me soltó y con sus manos esparció todo mi semen por sus pechos.

—Acércate—no negué su orden.

Me agarró de la nuca y me pegó a ella.

—¡Chúpala!—habló con autoridad.

—Afra la condición e...

El corazón del villano [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora