El corazón del villano [2]

Capítulo 45

Es una habitación para el bebé. Me entran ganas de llorar al ver lo lindo que es todo. Todos los colores son claros. La habitación tiene ventanas pequeñas, el suelo es liso y brilloso. Hay un pequeño closet, dentro tiene ropa para bebés, azul, verde, rosa, amarillo, etcétera.

Mi vista cae en la cuna. ¿Una cuna de oro? Exel se pasa del límite, está loco. El colchón es impermeable. Tiene una fina tela de gasa rosa que cuelga desde arriba, nunca pensé que un mosquitero me iba a parecer algo hermoso. Todos los peluches que compramos en la feria están aquí.

Pasé la cortina, hay una pequeña tina donde podemos bañar el bebé.

Las paredes son color beige. En ellas hay dibujos de mariposas, palomas, arcoiris, nubes, estrellas, los soles, la luna. La alfombra del suelo es circular, la toqué con los pies descalzos, es lo más esponjoso que he sentido en mi vida.

En las gavetas del closet hay cosas para bebés, biberones, chupetes, pañales, calcetines pequeños con caritas felices, creo que voy a llorar. Todo es perfecto.

¿Exel pidió todo esto?

También hay pomadas, talco, perfumes suaves. La funda de las almohadas son de tela bordada, hay varias colchas pequeñas de todos colores.

Todo es hermoso, pequeño, acogedor.

Salí cerrando la puerta con cuidado. Siento mariposas en el estómago y la alegría me consume.

Fui directo al baño, entré al jacuzzi con agua tibia, la luz está de color azul.

Desde el principio sé que Exel va a confundirse, cometer muchos errores y lo perdono porque lo quiero y sé que es difícil para él PERO no voy a dejar que me ponga por debajo de nadie.

Me pareció una falta de respeto.

Salí del baño y me coloqué un vestido blanco con unas sandalias de correas finas. Un sigiloso mareo me arropó, debe ser el hambre.

Me coloqué un collar sencillo y una pulsera de oro. Me hice una trenza, mi cabello llega a mis hombros. A crecido rápido. Me miro en el espejo varias veces, tendremos un bebé grandecito.

Tuve que sostenerme de la pared cuando salí del cuarto de ropas, tengo ganas de vomitar. Lo mejor es buscar a Exel. Quiero comer algo decente.

Caminé hasta la puerta, tuve que sostenerme del marco, me dió una punzada de dolor en el vientre, peor que la del carruaje.

Salí de la habitación viendo la puerta de la sala da juegos. Kia camina por el pasillo con una muñeca de piel azul.

—¿Mamái?—el dolor aumentó haciendo que mi espalda su curve. Me tiemblan las rodillas y siento que me golpean una y otra vez. Suelto un jadeo pegándome a la pared.

—Kia... busca a...—solté un grito al sentir el dolor. Las lágrimas se deslizan por mis mejillas cuando veo la sangre correr por la cara interna de mis muslos manchando el vestido.

No, no, no. Esto no, por favor.

—¡¡PAPÁAAAAAA!!—El grito de Kia hace que me duelan los oídos.

Veo nublado, todo a mi alrededor se distorsiona. Kia está desesperada, solo grita y grita. El dolor me hace apretar los ojos mientras mi cuerpo tiembla y tiembla. Siento que me atraviesan una espada, es un dolor similar, pero aún más grande. Mi cuerpo tiembla hasta caer al suelo.

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Exel Ortiz

Sorbí por la nariz, ya no hay lágrimas en mis ojos, supongo que expulsé demasiadas y ya no me quedan. Siento que mi alma se hizo pedazos, no sé cómo explicar lo ocurrido.