El corazón del villano [2]

Capítulo 33 🔞

—¿Dónde está mi niña favorita?—abrí los ojos escuchando la voz de mi pareja.

Estoy en la cama, tengo un vestido holgado. Exel camina hasta mí con un plato con una rebana de pastel de limón. Huele a loción masculina, está recién bañado, se afeito la "barba".

Veo a Zykercito en una esquina moviendo su cola.

—Buenos días—me da un beso en la mejilla y se sienta a mi lado.

—Buenos días—esbocé una sonrisa simétrica.

—Una semana—me rodeó con sus brazos dándome un caluroso abrazo.

—Una semana—repetí.

—Espero que cumplamos meses, años, siglos y muchos más. Hasta que perdamos la cuenta del tiempo hemos estado juntos—susurró en mi oído.

—Espero lo mismo—contesté agarrando el plato con el pastel.

—¿Estuvo linda mi frase? Ensayé dos horas. En la ducha, en el retrete, mientras me afeitaba, también le dije la frase a tu bicho—Zykercito giró por el suelo quedando boca arriba y Exel le acarició la panza.

Abrí mi boca asombrada. ¿Cómo se llevan tan bien en tan poco tiempo?

—¿No es verdad Bicho?—el grifo soltó un resoplido, mi sonrisa se esfumó.

—No se llama Bicho—me quejé metiendo un trozo de pastel en mi boca.

—Creo que ese nombre le queda mejor. ¿No es verdad amiguito?—el grifo frotó su cabeza contra él dándole caricias.

—¿Qué hiciste Exel? ¿De qué forma manipulaste a mi pobre Zykercito?

—Le permití comer lo que quisiera de la nevera y...

—¡¿Qué?!

—Me incomoda que nuestro grifo tengo ese nombre cutre—se encoge de hombros.

—¿Nuestro?

—Lo tuyo es mío y lo mío es tuyo—manifestó acercándose—. No me gusta el antiguo nombre.

Tomé un largo respiro y lo miré.

—Entiendo—cedí.

No le gusta hablar de Zyker. Sabe que Zyker formó parte de mi vida y eso es lo que teme Exel. Piensa que Zyker "me dió" mucho cuando en realidad él es quien lo da todo.

Prefiero quemarme en el infierno de Exel que vivir eternamente en el cuento de hadas que inventó Zyker.

—¿Estás de acuerdo en llamarlo Bicho?—hice una mueca al oír ese nombre—. Bicho—cantó Exel.

El grifo se sentó y sacó la lengua agitado de tanto jugar en el suelo.

—¿Ves? Le gusta su nuevo nombre—el grifo batió sus alas alegre.

—Puede quedarse con ese nombre—volví a ceder.

—¿Escuchaste Bicho?—el grifo batió sus alas más fuerte.

—El pastel está muy bueno—terminé de comerlo.

—Nos vamos en dos horas—me informa recordándome que nos vamos de viaje. Ya se me había olvidado el viaje.

—¿Me trajiste hasta la cama?—ayer nos dormimos en el balcón.

—Si, te puse un vestido para que no estás desnuda—asentí. Es gracioso ver como justifica todo.

—Gracias—salí de la cama.

—Busqué un atuendo para ti—se ve nervioso—. Estamos en verano y podemos varias la ropa, si no te gusta no te lo pongas—balbucea.