Capítulo 42

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Afra Tuedelaff

Exel llegó con unas sandalias de correas anchas y suela café.

—Estás fueron las únicas que encontré—se arrodilló y me las colocó. Mis pies se ven pequeños en sus manos.

—Son cómodas—se puso sus zapatos.

Engancha de brazo con el mío. Me guía por los pasillos mientras caminamos lento.

—¿A dónde vamos?—quise saber.

—A un lugar—responde con falso aburrimiento.

—¿A qué lugar?—insinué.

—Es un lugar tranquilo—entramos a la cocina. ¿Qué hacemos aquí? Exel se desplaza ignorando a los cocineros, ellos se reverencian y dan las buenas tardes.

—Buenas tardes señorita—se reverencia una mujer que parece de dos siglos. Tiene un gorro distinto al de los demás.

—Buenas tardes—simpatizo—. ¿Todo bien?

—Perfecto. ¿Quiere algo de comer en específico?—se limpia las manos en el delantal.

—No gracias, estoy esperando a Exel—asiente.

—Usted tiene unas alas muy bonitas—me hace sonreír.

—Gracias, no me trate de usted, puede decirme Afra—estos vampiros son muy agradables.

—¿Qué sucede? ¿Te están molestando?—llega Exel con una canasta y cara de culo.

—¿Molestando? Son muy simpáticos—mi nariz detecta olor a queso. Olor a pizza. Siento un hambre voraz. Lo mejor es irme de aquí.

Exel me agarra de la mano y me saca de la cocina.

Estoy pensando en pancita (el nombre ridículo que Exel le puso al bebé). Cuando me enteré que estaba embarazada me pasaron miles de cosas por la cabeza, Exel dejó bien claro que no podíamos tener hijos en medio de la guerra y... ¡Baff! Pensé cosas horribles. Fueron los peores minutos de mi vida.

Lilia me apoyó en todo momento. Lo más difícil para mí fue decírselo a Exel. No sabía cuál sería su reacción. Pensé que sería el fin de todo pero... Exel es tan maduro y tolerante.

Estaba muy emocionado, se nota que quiere ser padre a pesar de la guerra. Sé que nadie debería enterarse, sería el blanco de los hechiceros y hadas, también lo sería de otras especies en Hurgaftan si alguien se entera.

Fue muy duro lo que Exel me dijo en el laboratorio, no sé cómo asimilarlo. La idea de perder a pancita es devastadora. Me enteré hace unas horas que lo tengo dentro y ya lo amo con toda mi vida. Exel activo su parte súper protectora.

Seré mamá. Tendré un hijo con Exel. Todavía no lo puedo interiorizar. Cumpliré una de mis metas, estoy muy orgullosa de que él sea el padre.

—¿A dónde nos dirigimos?—no entiendo por qué tanto misterio.

—Al establo—miré hacia arriba. El cabello le ha crecido mucho, recuerdo que lo tenía más corto la primera vez que lo vi. Es tan alto y yo tan baja.

Llegamos a un lugar con muchos árboles, el tamaño del césped varía mucho. Se ven caballo y grifos sueltos por todas partes. no hay trabajadores cerca. Hay un muro alrededor del lugar.

Caminamos hasta un caballo. Es de piel y cabello oscuro, le brilla la larga crin. También tiene una cola muy larga de pelo lacio. Es voluminoso, tiene músculos. Se nota que está entregado, parece un caballo de guerra.

—Te presento a Rai—palmeó al caballo.

—Hola Rai—me acerqué despacio.

—Es inofensivo—es notable que se conocen hace mucho.

El corazón del villano [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora