El corazón del villano [2]

Capítulo 21

Diccionario:

Dédalo: cosa confusa o enredada.
Zaino/a: persona traidora, falsa.

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Me recosté sobre los codos haciendo que Afra se despierte. Kia nos miraba con fijación.

—¿Hermana?—Saimond la vió y pestañeo múltiples veces.

—¿Niños?—Afra se sentó a una velocidad sobrenatural y encogió las alas.

—¿Duermen juntos?—preguntó Kia dando unos saltitos.

—Tu papá tuvo una pesadilla y tuve que venir a cuidarlo—explica la chiquilla con rapidez.

—¿Una pesadilla?—interrogó Theo.

—Si—respondí siguiéndole la corriente a Afra—Habían muchos mounstro y  estaba asustado—fingí nerviosismo.

Kia hace un puchero y nos mira con desilusión. Saimond se queda sin habla.

Por la puerta entra Raunel a mil.

—Las dije que no podían entrar a la habitación del rey por...—frena en seco cuando me ve con Afra.

Detrás viene Lilia corriendo y choca con la espalda Raunel. La cara de Afra se llena de colores. 

—Mi tío tenía una pesadilla—habla Leo apuntando mi cuerpo.

—Ya veo—dice Raunel saliendo del shock. Agarra a los niños y los saca a tropezones—Hay que desayunar—le dice y Lilia se los lleva.

Kia se va con la cabeza gacha y un puchero pequeño. Raunel nos mira por última vez con los ojos entrecerrados. Cuando cierran la puerta Afra se recuesta en la cama y cierra los ojos.

—¿Cómo puedes estar tan calmada después que todos nos vieron durmiendo en la misma cama?

—Me vale mierda—habla con la voz soñolienta.

—¿No te importa que te vean en la misma cama con la persona que planea tu muerte?—insistí.

—Me vale más mierdas—se encoge de hombros y deja un ala sobre nosotros.

—¡Wow! ¡Felicidades!—murmuré sarcástico—. Tengo planes para nosotros—le habló serio.

—¿Planes?—balbucea.

—No es nada malo—suelta el aire que estaba conteniendo. Tengo la ligera hipótesis de que se asustó. Sé que no confía en mí del todo.

Quiero que al menos alguien confíe en mí, en pocas palabras quiero que ella confíe en mí.

—¿Que haremos?—parpadea con rapidez y yo sonrío al escuchar su voz. Cuando está recién despierta tiene voz melosa.

—Una cosa...—entrecerró los ojos e hizo una mueca con los labios como un patito.

Quité las mantas que nos cubrían y me quedé observando nuestras piernas. Ella se cruzó de brazos al ver mi cara de burla.