El corazón del villano [2]

Capítulo 22

Dejé a Afra sobre la cama, estoy nervioso, no sé que hacer.

Hace unos meses ella desarrolló un poder en mi antiguo castillo, todo se quebró y ella quedó inconsciente del dolor. Pero ahora quedó inconsciente en menos de nada.

Me di un baño y vestí con una ropa cómoda. Busqué el libro que dejé de leer a la mitad, es sobre atrix.

Tomé asiento en el sillón alado de la cama y comencé a leer.

(...)

Dos horas después...

Mi cabeza está hecha un jodido lío, la niña todavía no se despierta y no sé si estoy asustado por todo lo que acabo de leer. Desarrollará de cinco a ocho poderes a lo largo de su vida. Desarrollarlos trae síntomas consigo, entre esos: dolor, recuerdos constantes de momentos malos, desmayo. Ella no sabrá manejar el poder reciente, por lo cual puede descontrolarse, puede usarlo sin su consentimiento.

Se dice que los poderes salen a la luz cuando tienes una emoción fuerte. Cuando desarrolló el poder de romper estaba sintiendo esa rabia inmensa hacia Elizabeth, cuando desarrollo la teletransportación estaba sintiendo... no lo sé.

Supuestamente la teletransportación es algo ilegal en Hurgaftan. Algo que solo hace el viejo Evan. Estoy preocupado. Dice que los poderes con tal magnitud la debilitan, podrá usarlo pocas veces.

También leí que los atrix tiene guardianes que los cuidan. Nunca imaginé esto. Esos guardianes son dirigidos por demonios y ángeles. Dice que los guardianes están en una especie animal, la única hipótesis que tengo es que pueden ser los cuervos. Tiene sentido. Siempre había un cuervo negro y uno blanco fuera de su celda, nunca entraban pero la observaban a través de las rendijas desde las ramas de los árboles.

Mis sentimientos con ella son contradictorios, van más allá de la adoración y la obsesión. Cuando me acerco tengo ganas de acariciarla pero también ahorcarla hasta asfixiarla y matarla.

Para mí el amor es distinto, es obsesivo, insano, enfermizo, manipulable, dañino y por eso debería matarla, debo matarla para lograr mi objetivo. Debo hacerlo antes que los sentimientos crezcan y sea demasiado tarde. Me duele sentir, sufro cada vez que siento.

Yo sentía algunas cosas por ella, mucho antes, intenté cubrirlo pero es inevitable.

Pienso tratarla bien por el tiempo que le queda de vida, no quiero lastimarla hasta que llegue ese día.

La mordí.

Jugué con fuego y me quemé.

Pero... ¿Sabes algo?

Me encantó arder.

Mis pensamientos se detuvieron cuando Raunel entró sin mi permiso y se sentó a mi lado sin decir nada.

Tengo jaqueca, no estoy de humor para hablar pero es mejor que me acompañe para desahogarme.

—¿Qué pasó?—comenzó con su interrogatorio.

—Afra nos teletransporto—murmuré observándola dormir.

—¡¿Qué?!—gritó, me tapé los oídos haciendo una mueca.

—No grites, me das jaqueca—bramé—. No es tan sorprendente, solo es un nuevo poder.

—¿Teletransportación? ¿Sabes el poder que tiene?—la mira asustado—. ¿Estás consciente que vas a matar a la criatura con más supremacía dentro de Hurgaftan? No nacerá uno igual en miles de años.

—Estoy más que consciente y quiero revivir a madre, tengo que quitarle las alas para hacerlo—y un atrix sin alas no vive.

—Exel... creo que deberías dejarla ir. Mi madre murió hace mucho, igual que la tuya—me explica.