Cuando el director levantó la vista del informe en su ordenador, para mirarme, supe que había terminado.
—Muy bien —expresó—. Como siempre, es perfecto.
Por supuesto que es perfecto, yo lo hice.
—Además de traerle el reporte, quiero preguntarle sobre mi situación.
—Sí, ayer tuve una reunión con el comité que está a cargo de ustedes y, en tu caso particular, lo redujeron a un año más de servicio.
—Entiendo.
—Igual tu rango es oficial y Montemayor ya tiene la orden de que puedes liderar su equipo, pero todavía es tu superior.
—Gracias, señor.
—Es todo —amablemente, me dijo que me retirara.
Salí de su oficina.
Vine a traer el informe con los detalles específicos que solo a mí me piden y que el director mismo suele revisar, además, hoy tenía que verlo porque en estos días llevó a cabo la reunión mensual con el comité que nos supervisa a todos los que venimos de Avang.
Cada uno tiene consideraciones distintas, así que solo fui a hablar de mí.
Desde que salí del centro, llevo ya cuatro años pagando mi condena con servicio, incluido el tiempo que estuve en California, y resulta que los tres años que me faltaban, lo redujeron a uno.
Seguiré aquí, es más, me dieron el título de agente especial, pero así por lo menos ya no tengo que poner por delante de dónde vengo y por qué cada uno de mis pasos estaba supervisado.
Ahora puedo sustituir a Diana cuando ella esté de acuerdo.
La secretaria me dio una circular que abrí al seguir por el pasillo.
Es de White. Quiere que vaya a California a fin de mes.
Me detuve en mi oficina.
—¡Val! —me hablaron.
Ya tenía la puerta abierta, solo que no entré, en su lugar, esperé hasta que se acercó la chica que me habló, una oficial.
—Dime.
Suspiró para luego sonreír.
—Hoy en la noche vamos a ir a un bar cerca de aquí, ¿quieres venir?
—No, gracias.
Su sonrisa empezó a venirse abajo.
—¿Segura? Iremos varios. Kathrin va a ir.
Kathrin es parte de mi equipo y, por esa razón, todos piensan que es amiga mía. No me desagrada, pero tampoco somos cercanas.
—En serio, no.
—Vamos —insistió—, para que te distraigas un rato. Luego podemos ir a mi departamento...
—Si llevo a mi novia, no creo que quiera ir a tu departamento.
Enserió.
—Por Dios... —se le fue la voz—. ¿Tienes...? ¿Tienes novia?
—Sí.
Cerró los ojos y algo dijo para sí que no intenté ni escuchar.
—Lo lamento —se angustió—. No sabía, es que... —pasó saliva—, nunca lo mencionaste.
—Suelo venir únicamente a trabajar.
Apretó los labios y arrugó la nariz.
—Perdón. Ya me... —señaló al pasillo—, voy.
Una vez que se fue, entré, cerré la puerta y le di a Aurora la circular.
—Voy a ir a California a fin de mes —expliqué.
—... Mmm... —murmuró, recargada en el escritorio.
La secretaria me dijo que Aurora estaba aquí. Casi siempre está aquí.
Tomé asiento en la silla detrás del escritorio.
—¿Y luego? —pregunté por qué sigue dándome la espalda.
Dobló la hoja, para dejarla debajo de una carpeta y volteó.
—Dime la verdad, ¿cuántas veces te han invitado a salir?
—No las cuento.
Se levantó y rodeó el escritorio, para recargarse otra vez en este, ahora delante de mí.
—Eres muy bonita —susurró, mirándome.
—Ya sé.
No pudo evitar sonreír.
—¿Realmente no te gustaría salir con ellos? —aludió a la propuesta de la oficial.
—No.
Tampoco el trabajo es todo, a veces voy a tomar algo con Diana, o con Hernán cuando viene, pero no me interesa salir con nadie más, mucho menos si son varias personas, cosa que acostumbran.
—Necesitas salir más —repitió lo que me ha escuchado decirle a Hernán.
Tomé su mano y tiré de ella, para que se sentara sobre mis piernas.
—Pero contigo.
Puso las manos en mi cuello y se acercó a besarme.
—Voy a poner «Becker» a un lado del «Hallam» en tu puerta —murmuró entre su beso.
Sujeté su cabeza.
—Como quieras —volví a besarla.
Al cabo de un momento, se alejó para abrazarme en su lugar.
Si quiere poner su apellido en la puerta, que lo haga; si quiere decirles a todos que no solo es mi novia, sino mi esposa, me da igual; incluso si pretende que utilice un anillo, lo haré.
Más allá de hacer todo por ella, mi manera de demostrarle cuánto la amo, es dándole la tranquilidad que necesite.
Si algo le da vueltas en la cabeza, yo le explico todo lo que haga falta.
Si siente que no puede, le diré que sí.
Si algo quiere, yo se lo consigo.
Si me necesita, ahí voy a estar.
Y siempre que esté de acuerdo, no me voy a separar de ella.
~FIN~
𝚕𝚘𝚊𝚗𝚍𝚒𝚗𝚐...
El día que Avang Dhu bajó sus muros, la élite tuvo que levantarse de la mesa, donde llevaban una vida acostumbrados a que se les sirviera.
No hay invitación a esa mesa, no importa por dónde la busquen, no existe para quienes no pertenezcan a la cumbre.
Poco o nada importa si el poder que emana ahí es oscuro. No es una conspiración, es una oportunidad de llevar a cabo una tranquila conversación.
El día que tuvieron que ponerse de pie e ir por su propia cena, nadie se dio cuenta.
Salían en televisión, aparecían en redes sociales o en el diario de las mañanas, creaban el contenido que millones de personas consumían, probablemente eran galardonados; y no se diferenciaban de los demás.
Solo ellos saben quiénes son, solo ellos están al tanto de lo que tendrán en la mesa en la siguiente cena y solo ellos lo saben todo.
El resto del mundo está prohibido.
𝚎𝚛𝚛𝚘𝚛
ESTÁS LEYENDO
Malditos escrúpulos | TERMINADA | ©
Mystery / Thriller⛓️ Val se convierte en la guardaespaldas de Aurora, el nuevo blanco de Avang Dhu, la organización que tiene como objetivo asesinar a cualquiera cuya fortuna le venga bien y la misma para la que trabaja Val. Advertencia de contenido sensible ⚠