Después de la ducha, cuando ya había amanecido, entré a la cocina por un café que ahora sí necesitaba.
Solo que tuve que cambiar el filtro de la cafetera.
Paloma estaba en la mesa, en ropa de dormir y haciendo nada.
Serví café en dos tazas y le di una.
—¿No puedes dormir? —le pregunté al sentarme delante de ella.
—No —sujetó la taza con ambas manos—. Ric dijo que podíamos tomarnos el día, pero no quiero ni salir de la casa.
Según todos los que aquí trabajan, cualquier peligro ya pasó, como el incidente con aquel gato, en cambio, por los alrededores deben seguir los equipos.
Con todo con lo que cuento es con que Lucy y Fer no se le escapen a Elián.
—¿Y Marisol?
—Está con la niña, ayudándola con su ropa antes de irse.
Maldición.
Su cita.
—¿Marisol también va a salir?
—A ver a su mamá —contestó.
Asentí.
Gabriela preparó el desayuno de Aurora y, cuando Marisol vino por la charola, me dijo que estuviera lista a las once en punto.
Poco después de las diez y media, Marisol se fue, luego de darme las mismas indicaciones sobre no molestar a su niña en su cita.
Y, en cuanto salió de la casa, subí a la habitación de Aurora.
La puerta estaba abierta, entonces no tuve que tocar, solamente entré.
La chica volteó a verme tan solo por un segundo y devolvió la atención a la taza de té que tomaba.
—Le dije a Marisol que te dijera que a las once.
—Sí, me dijo —cerré la puerta.
—No te necesito ahora, sal.
Puse el seguro y el ruido la hizo voltear al instante.
—¿Por qué cierras? —murmuró.
—Porque no vas a ir a ningún lado —contesté.
Enserió.
Se puso de pie, acomodó la parte del vientre de su ropa y suspiró.
—A las once y media me espera Bastian y detesto la impuntualidad —tomó su bolso.
De pie delante de la puerta, metí las manos a los bolsillos de mi pantalón y la vi acercándose.
—Hazte a un lado —ordenó con tranquilidad.
—No soy un perro, niña.
Enalteció la cabeza.
—Actúas como tal y tienes las funciones de uno —repuso—. Yo no veo la diferencia.
—¿Tú crees que eso es un insulto para mí?
Se encogió de hombros, en señal de que no le importa lo que le acabo de preguntar.
—Estoy convencida de que has escuchado cosas mucho peores, no falsedades ni blasfemias precisamente.
Vine únicamente para evitar que salga, en cambio, olvidarme de eso y pensar en que la quiero en una cama es su culpa por mirarme así.
—¿Cómo qué? —empecé a encenderme.
—Imaginarlo no es complicado —se alejó—. Seguro te han dicho que eres insolente, irrespetuosa, mal educada, grosera, careces de cualquier tipo de gracia, y tus cualidades físicas tal vez compensen el asqueroso interior —recitó. Mirándome, volvió a poner la cabeza muy en alto—. Y eso es solo lo que está a simple vista.
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Malditos escrúpulos | TERMINADA | ©
Misterio / Suspenso⛓️ Val se convierte en la guardaespaldas de Aurora, el nuevo blanco de Avang Dhu, la organización que tiene como objetivo asesinar a cualquiera cuya fortuna le venga bien y la misma para la que trabaja Val. Advertencia de contenido sensible ⚠