Capítulo 74

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Se acercó a la puerta, venía perfectamente tranquila, en cambio, se detuvo un momento antes de abrir bruscamente y entrar.

Se postró en medio del cuarto, para luego voltear tranquilamente y encontrarse conmigo, recargada en el tocador a un lado de la puerta.

No le tomó mucho tiempo deducir por qué estoy aquí.

Sonrió.

—¿Por qué no empezamos otra vez? —dijo y extendió una mano hacia mí—. Nova, mucho gusto, escuadra número 60 de la organización Avang Dhu.

—¿Sesenta? —pregunté, pasando por alto su mano y me alejé del tocador—. ¿Eres mi reemplazo?

Mi escuadra era la número 60.

—En una versión mejorada —volteó hacia mí.

—¿Cuántos son en tu escuadra?

—Tres —si respondió con orgullo, está al tanto de que, entre menos sean, mejores son los perfiles.

—¿Y qué haces aquí, no tienes trabajo en California?

—Digamos que este es un pedido especial de Avang —en serio está orgullosa de eso.

—¿Eres su favorita ahora?

—La vacante está libre desde que te fuiste —se encogió de hombros.

—¿Entonces están peleando por quién será la próxima favorita de papá?

Enserió.

—Yo sí le estoy agradeciendo todo lo que ha hecho por mí.

—¿Qué hizo por ti que no hizo por el resto de nosotros? —me acerqué a ella—, ¿crees que algo te hace especial? Tú y yo somos exactamente lo mismo para él.

—No somos iguales —alzó la cabeza.

La miré hacia abajo.

—Evidentemente no.

—No tienes que hacer nada —se hizo a un lado—, solamente vine a vigilarte, ni siquiera me mandaron por Aurora, a ella la tiene clasificada como «estorbo innecesario».

—¿Cuándo te va a dar permiso de irte?

—Fui muy sincera cuando te dije que únicamente venía a ver cómo lo arruinabas, tu relación, es eso lo que Avang quería saber —sonrió—. ¿Creíste que no estaba al tanto de todo esto? Él lo ve todo.

—Ya lo arruiné, entonces ya puedes irte.

—Me iré —aseguró—, más por el que ya lo sabes todo que por órdenes suyas. Es más, me iré esta misma noche, pero me pidió que te dijera algo —se preparó para pasarme el recado—: «Lamento que te quedes sin trabajo y sin Aurora, pero puedes encontrar a alguien a quien puedas engañar, tal vez una persona más rica, solo no te tomes mucho tiempo porque tu belleza va a desaparecer en cualquier momento y eso es lo único que puedes darle a alguien. Estás vacía por dentro».

Escuché un disparo a por lo menos diez metros.

—«Posdata —continuó—: Nos vemos en unas horas.»

Quedándose ella de pie y con una sonrisa en la cara, salí corriendo del edificio, crucé el patio y entré a la cocina, donde estaban Gabriela y Paloma, la primera cuidando a la otra y además con un arma en las manos.

—¿Dónde está Aurora?

—En la biblioteca, con Klaus y Ric —me respondió Gabriela, apretando a Paloma para que su llanto no saliera de aquí.

A pesar de lo que escuché proveniente del patio principal, bajé a la biblioteca y sí estaban los tres ahí, pero al sujeto que les apuntaba con un arma no lo conocía.

Malditos escrúpulos | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora