La siguiente semana, la que seguía de esa y la que seguía después de esa, Aurora tenía vacaciones, y recuerdo que Mauricio dijo que el descanso de ella era un descanso para él también, en cambio, eso fue cuando su vida social era un chiste.
Me viene muy bien que no tenga que salir ni para ir al instituto, en cambio, ayer la llevé a casa de su amiga, luego la recogí a las cuatro de la tarde, como horario escolar, y hoy el bastón está en la sala, esperándola.
No voy a llevarla yo porque el chofer del niño se hará cargo de ambos y el mismo Klaus dio permiso para eso.
Hoy es martes y el martes de la siguiente semana es 25. Necesito saber si White ya encontró a la escudara, porque tengo que saber lo que piensan hacer.
El problema que tengo con Lucy y Fer es que ellos no planean, actúan. Por eso es tan difícil seguirles el rastro.
Estaba en la sala, solo observando al niño, detrás suyo, y pensando en mis propias cosas.
De tener una lista como Avang, él sería el primero.
—Llévale esto a la señorita —Paloma puso en mis manos un bolso—, dile que lo dejé limpiecito —se fue corriendo a la cocina.
Gruñí para mis adentros y subí a su habitación.
Casi enseguida de que llamé, me abrió la puerta, para ir a sentarse delante del tocador.
—Paloma me mandó esto —hice referencia a la bolsa.
Volteó, poniéndose los pendientes.
—Gracias.
Cuando se puso de pie, lo primero que vi fue la falda que lleva puesta. Es ajustada y corta, muy ajustada y muy corta.
Se acercó, tomó la bolsa y empezó a guardar cosas en ella.
—Me va a llevar el chofer de Bastian y me van a traer de regreso, no hace falta que... —guardó silencio—. Puedes ocupar el día.
Metí las manos a mis bolsillos y volví a recorrerla con la mirada.
Tengo que evitar que salga, a costa de lo que sea. No quiero que Bastian la vea así y tampoco que Lucy y Fer se la encuentren.
—¿Piensas ir así? —pregunté.
Me miró.
—¿Así cómo?
—Si te paras ahí —señalé a los pies de su cama—, lo vas a ver.
Frunció el ceño, al voltear, luego, con la duda despierta, fue a pararse exactamente donde le indiqué.
Cerré la puerta, para acercarme a ella.
Se encontraba mirando hacia su cama, entonces, en el momento en que giró la cabeza hacia mí, la sujeté de la espalda para llevarla hacia atrás en un segundo.
Toda ella se hundió en un respiro, tensó la mandíbula y me veía directo a los ojos.
Yo únicamente la tenía prensada de la muñeca derecha, pero cuando intentó levantarse, puse ambas manos sobre su cabeza y recargué una rodilla en la cama, entre sus piernas.
—Con esa falda —respondí—, ¿sabes a todo a lo que le das acceso?
Con los dientes castañeando e interrumpiendo sus respiraciones, igual seguía mirándome.
—¿Qué...? —hundió el pecho cuando toqué una de sus piernas. Extendí mi mano, para tomarla por completo.
Bajo mis dedos, su piel vibraba y se calentaba.
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Malditos escrúpulos | TERMINADA | ©
Misteri / Thriller⛓️ Val se convierte en la guardaespaldas de Aurora, el nuevo blanco de Avang Dhu, la organización que tiene como objetivo asesinar a cualquiera cuya fortuna le venga bien y la misma para la que trabaja Val. Advertencia de contenido sensible ⚠