Capítulo 38

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Tal como me dijo la inspectora, el domingo por la mañana, White ya estaba de vuelta, es más, me vino a buscar seguro de que era mi día libre y fuimos a la cafetería de siempre.

—Van a empezar a trasladarse mañana —señaló—. No tenemos perfiles, pero, van por Aurora, entonces, todo el que se le acerque es objetivo.

Con haberles dicho lo que sabía de Lucy y Fer, esperaba que los encontraran por mí, no es que no hubiera pensado en hacer algo antes, pero yo no puedo buscarlos por mi cuenta, no confío en Elián y nadie puede hacerlo solo, porque ellos son dos y están podridos del cerebro.

—Montemayor ya me explicó lo que piensan hacer —dije—. ¿Me llamaste por otra cosa?

—... Sí... —masculló—. Es sobre...

—No quiero hablar de Aurora contigo.

Rodeó los ojos.

—Tranquila, sí es sobre ella, pero no sobre ella. Es algo que se me ocurrió en el avión y me quedó la duda.

Me crucé de brazos al recargarme en la silla.

—¿Qué?

—Dijiste que besaste a Aurora —comenzó por ahí—. ¿tú...?, ¿has tenido novio o novia?

Emití un bufido.

—¿En serio?, de todo lo que está pasando, ¿es eso en lo que estás pensando?

Se encogió de hombros.

—Curiosidad. Y no me va a dejar en paz hasta que me respondas, así que, por el bien de mi concentración durante el operativo —dramatizó—, y, por ende, el éxito del mismo, cuéntame.

Desvié la vista por un momento.

—Nunca he tenido una relación con nadie.

—... ¿Tampoco te había interesado nadie?

—No, jamás.

Precisamente por eso estoy tan aferrada a lo que siento por Aurora, por primera vez siento algo y es eso.

No es tan sencillo para mí solo ignorarlo.

—¿Y contacto?, ¿un beso, un abrazo, sexo? —bajó el tono.

Creo que debería molestarme por semejante invasión a mi privacidad.


Domingo, 25 de junio de 2023 (un año atrás):

Elián se recargó en la silla, extendió un brazo y me rodeó.

—Si no quitas tu mano, me la voy a quedar yo —advertí sin mover un músculo.

El tipo retrajo el brazo.

—Y yo que me casé lleno de esperanzas —dramatizó.

Suspiré y justo Paul entró, con los documentos y folletos que prometió.

—¿Es urgente su viaje? —nos preguntó el hombre, al tomar asiento y supongo se refiere a que son poco más de las dos de la madrugada y venimos a solicitar un plan de vuelo para hoy mismo.

—Es por nuestro trabajo —respondió Elián—. Ni a su jefe —hizo referencia a mí—, ni al mío les importa que se trate de nuestra luna de miel —volvió a abrazarme y esta vez no pude decir nada.

El hombre nos miró a ambos.

—Lucen muy jóvenes para ya estar casados —mencionó.

—Eso dijo el juez del registro —respondí—. ¿Es posible entonces viajar hoy mismo? —volví a lo importante.

Malditos escrúpulos | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora