A pesar de su encuentro en la madrugada, ni Conway llamó a Gustabo ni Gustabo buscó a Conway durante todo el día.
En realidad, el emperador no estaba enfadado con Gustabo. Al contrario, podía entender perfectamente que su hijo hubiese querido buscar respuestas en el lugar donde su madre falleció. De todas formas, él ya había estado allí en el pasado, así que en parte consideraba algo absurdo prohibir su entrada a esa zona, aunque habría preferido evitarla por los recuerdos que pudiesen despertar en él. Sin embargo, el hecho de que Gustabo hubiese empezado a sentir curiosidad por su madre y su historia, ¿no significaba que al fin estaba asumiendo quién era?
Conway sabía que Gustabo le guardaba rencor. Aun así, él estaba intentando cambiar su forma de actuar con él, trataba de ser el padre que no había podido ser durante tanto tiempo y el primer problema que se le había presentado había sido Freddy Trucazo. El emperador ya había visto anteriormente que Gustabo y el comandante tenían una relación cercana, pero no fue hasta que le llegaron los rumores de su romance cuando se dio cuenta de lo cercana que era realmente.
Ninguno de los dos podía entenderlo, pero no le importaba. Él tenía claro una cosa y era que no iba a permitir que estuvieran juntos.
Si algo había aprendido a lo largo de los años era que su padre tuvo razón en el momento en el que se opuso a su matrimonio con Julia. Era muy simple: el amor no era para aquellos destinados a gobernar.
Él se había casado por amor y había sido feliz durante un tiempo. Sin embargo, ser emperador conlleva siempre tener muchos enemigos. Por eso habían atacado a su familia, por eso Gustabo había tenido que crecer en soledad y lejos de él, por eso Julia había muerto. Así que, sí, había sido feliz un tiempo, pero después solo había habido muerte, tristeza y culpabilidad.
Si nunca se hubiera casado con ella, Julia habría podido ser feliz y seguir con vida. Todo había sido su culpa, como un castigo por sus pecados y no iba a dejar que Gustabo cometiera el mismo error que él, aunque eso significara que su amigo y su hijo lo odiasen por ello.
Efectivamente, Jack Conway tenía el poder del orgullo.
Esta magia hacía que todos le obedecieran. Cuando el emperador daba una orden siempre se cumplía. Era el poder para gobernar que el Rey Demonio regaló a aquella de las siete últimas brujas que fue su antepasada.
El antiguo emperador, padre de Conway, le explicó todo en su lecho de muerte: la historia sobre el ritual y el Rey del Inframundo, cómo ese poder había ido pasando al elegido de cada generación tras la muerte del anterior poseedor de este y cómo ese elegido estaba destinado a ser el emperador.
—Yo solo tengo te tengo a ti, Jack —le había dicho su padre—. Cuando me haya ido, esta magia tan poderosa despertará en ti. Úsala bien, pues el precio que se paga por ella es muy elevado.
—¿El precio? —había preguntado Jack.
—Así es. Toda la magia que procede del inframundo funciona a través de un intercambio. Es como un trato. La bruja que entregó su vida recibió esta magia de la soberbia como regalo del Rey Demonio. Con este poder podríamos dominar el mundo, pero...
Un repentino ataque de tos no le permitió terminar con su explicación, ni en ese momento ni nunca. Jack Conway despertó aquel poder ese día sin saber el precio que tendría que pagar por él.
Con el paso del tiempo, pudo entender mejor a su padre y a todos los emperadores que hubo antes que él. Ninguno de ellos vivió mucho tiempo y todos llevaron una vida llena de infelicidad que les llevó a la enfermedad y después a la muerte. Si ese debía ser su futuro, que así fuera. Sin embargo, algún día, Gustabo también tendría aquella magia y cuando llegara ese día al menos esperaba que estuviera preparado.
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Freddytabo - El Hijo del Emperador
FanfictionJack Conway es un emperador al que todo el mundo respeta. En su pasado sufrió una gran tragedia y solo el conde Freddy Trucazo, el comandante del ejército imperial, sabe cuánto llegó a afectarle realmente. Un día, en un ataque contra los monstruos...