Gustabo, con un elegante traje de gala, se encontraba en el mausoleo de la familia Conway.
Un edificio imponente que se alzaba en el cementerio, decorado con motivos relacionados con la muerte, el paso al más allá y el descanso eterno. El águila, símbolo del emperador, se escondía en distintos lugares. Desde la puerta de entrada hasta los decorados interiores.
Dentro había algunas velas que Gustabo había encendido para iluminar la oscura estancia en la que las distintas tumbas se encontraban. Su apariencia bien cuidada, con el cabello rubio peinado y un traje digno de un rey, contrastaban con aquel lugar antiguo y polvoriento.
Las flores que él había llevado y que se encargaba de mantener frescas a diario descansaban sobre la lápida de sus padres, en la que se leía la siguiente inscripción:
«Julia y Jack Conway
Vuestro hijo y la familia Gambino os llevan en sus corazones.
El orgullo y la avaricia os unieron en la vida y el amor por vuestro hijo os reunieron en la muerte.
Vuestro sacrificio nunca será olvidado».
Gustabo suspiró.
Había pasado cerca de un mes desde que la guerra terminó y los días habían transcurrido deprisa, como una sucesión de eventos que llevaría siempre en la memoria.
Habían sido días difíciles y ni siquiera había podido ver a Freddy apenas.
Freddy, como comandante, había tenido la tarea de hacer recuento de aquellos fallecidos en la batalla. Hubo varios actos conmemorativos y fue personalmente a hablar con las familias de aquellos que habían dado su vida por la humanidad.
Mientras tanto, Gustabo, como el heredero del emperador, se había encargado de tratar con todos los visitantes y aliados de otras tierras y organizar el funeral de su padre. Todo ello con una dificultad añadida, pues Clara Castro le había prohibido terminantemente utilizar su voz.
Gustabo tenía la garganta destrozada e incluso con la rápida curación de Pogo, tardó un tiempo en recuperarse. La sanadora había llegado a amenazarle con que se quedaría mudo si osaba pronunciar un solo sonido hasta que pudo demostrar que estaba recuperado completamente.
Así que, entre tanto ajetreo, ni siquiera había podido estar un momento a solas con Freddy, mucho menos hablar con él. Tuvo que admitir a regañadientes que lo echaba de menos, aunque, por supuesto, no se lo diría nunca.
Gustabo recordó el día que llevaron a Conway allí. Qué extraña sensación fue contemplar cómo ponían su cuerpo junto a los restos de Julia y ser consciente de que justo cuando había recordado a sus padres, había perdido al único que le quedaba.
Mientras observaba las flores acompañadas por algunas hojas violetas que Gustabo había llevado para honrar sus memorias, se preguntó si Conway se sintió alguna vez como él en ese momento.
Aquel era un día especial y estaba tan nervioso que necesitaba un momento de paz, que solo los difuntos podrían darle. Eso lo había llevado a esconderse de la gente en aquel lugar.
—Solo espero no cagarla —dijo en un susurro.
Suspiró de nuevo y se pasó una mano por el rostro en un gesto nervioso.

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Freddytabo - El Hijo del Emperador
FanfictionJack Conway es un emperador al que todo el mundo respeta. En su pasado sufrió una gran tragedia y solo el conde Freddy Trucazo, el comandante del ejército imperial, sabe cuánto llegó a afectarle realmente. Un día, en un ataque contra los monstruos...