Vizcaíno © (Omegaverse, romance, erotismo y mafia). #PGP2024

Capítulo siete: Rojo y negro - Parte 3

—Está bien. —asiente. —Seguiré revisando las grabaciones un poco más. Ustedes adelántense y empaquen lo necesario.

—Gracias. —sonríe paternal, causando que el chico de ojos amarillos sonría suavemente, cosa que rara vez hace.

—Parece que te gusta Alexander. —dice el alfa receloso.

—Tranquilo, señor Vizcaíno, no se lo voy a quitar, solo me agrada, es muy cariñoso conmigo, en cambio, usted es peor que una roca conmigo. —lo señala acusatoriamente. Alexander se para en seco mientras sube las escaleras para luego acelerar su paso con el rostro sonrojado.

El trasfondo de la Sociedad Thule nace de principios distintos a lo que un grupito de fanáticos y adoradores de sus prácticas asesinas y de tortura, más no de su discurso en concreto, crearon. La Sociedad Thule, fundada en Múnich en 1918, surgió de la agitación política y social en Alemania después de la Primera Guerra Mundial; sí, aquellas derrotas y pérdidas se tradujeron en distorsiones cognitivas que dominaron los sentidos de algunos residentes y oriundos del país. Esta organización secreta no solo se dedicaba al estudio de antiguas tradiciones germánicas y al esoterismo, sino que también promovía un nacionalismo extremo que abrazaba la idea de la superioridad racial aria, con la cual llegaron al punto de experimentar realmente y con éxito tener productos que al final no pudieron ser usados por los que se denominaban dueños de la raza aria en ese entonces. Por otro lado, sus miembros, compuestos principalmente por intelectuales, aristócratas y militares desencantados con la república de Weimar, buscaban en la Thule-Gesellschaft una alternativa espiritual radicalista y política que enfatizara la identidad cultural alemana en su peor momento de crisis nacional.

Por ello, desde sus inicios, la Sociedad Thule atrajo a aquellos que compartían su visión de una Alemania purificada espiritualmente y racialmente, considerando a la raza aria como la portadora de una herencia espiritual superior que debía ser esparcida por el mundo, acabando con aquello que la pueda contaminar. Los miembros se inspiraban en teorías esotéricas y mitológicas, explorando también la historia precristiana de Alemania, lo que los llevó a hacer publicidad en aquel entonces, propagando la idea de que el renacimiento de estas tradiciones podría revitalizar la nación alemana en momentos de debilidad y desesperanza.

Y como si no fuese suficiente, esta sociedad no se limitó al ámbito esotérico y cultural, sino que también se extendió hacia la política. La Sociedad Thule estableció conexiones con diversos grupos y figuras de extrema derecha más no de derecha, es muy distinto, ya que no es lo mismo, por ejemplo decir, izquierda a extrema izquierda, cosa que compagina mejor con los ideales de la Sociedad Thule, ya que como se dice y es un hecho: "Todo en extremos es peligroso". Además, se incluyeron miembros futuros del famoso y letal Partido Nazi, facilitando un intercambio de ideas y doctrinas que influyeron en la formación del pensamiento político nazi. A través de sus publicaciones y redes clandestinas, la Thule-Gesellschaft sembró las semillas ideológicas que eventualmente germinarían en movimientos nacionalistas radicales durante la tumultuosa década de 1920 en Alemania y que a día de hoy se cubren con caras más jóvenes y con nombres ideológicos diferentes.

La pandilla de los cuervos de Calabria no es diferente, un grupo conformado por antisociales y otros enfermos patológicos, aunque de intelecto no carecen, lo que los hizo en algún momento altamente peligrosos. Durante la vieja Nápoles, Italia, en el año 1891, nació esta banda de pandilleros que dejó en su momento desgracias a pesar de que los corsarios negros lograron acabar con mayoría. Algunos vivieron en las sombras durante años, por lo que de manera ofensiva y en tono de burla se les llamó "La Hermandad de la Oscuridad", el líder de los corsarios negros en ese entonces los denominó de esa manera con el propósito de humillarlos públicamente y por supuesto, tuvo éxito.

La pandilla, Los cuervos de Calabria, fue fundada por Vittorio Il Saggio Bellini, un hombre con una educación y una mente brillante, pero con comportamiento delictivo que sus padres jamás pudieron frenar. El joven de dieciocho años, que en aquel entonces había estudiado filosofía y ciencias, decidió usar su conocimiento para estructurar una organización que operara bajo un estricto código de honor, mezclando la brutalidad con la erudición. Reclutó a jóvenes desamparados y marginados, la mayoría provenientes de familias italianas humildes, y les enseñó tanto a matar como a hablar con educación, engañar y persuadir a quienes quisieran para robar joyas y cometer crímenes atroces para lograr entrar como un miembro oficial en la banda.

Durante las décadas de 1920 y 1930, su influencia se extendió por toda la ciudad. A pesar de su brutalidad, mantenían una fachada de respetabilidad, con muchos de sus miembros ocupando posiciones en la sociedad como comerciantes y empresarios. Pero de eso tan bueno no duró tanto, pues en los años 60, una serie de operaciones policiales intensivas, apoyadas por la creciente presión del gobierno italiano y la intervención de autoridades internacionales, forzaron a muchos miembros de los cuervos de Calabria a huir de Italia. Algunos se dispersaron por Europa y América Latina, en este último no duraron demasiado y regresaron a Europa.

A finales de los años 90, los cuervos de Calabria renacieron, esta vez con la creación de un grupo de asesinos expertos, los cuales fueron educados con los ideales aprendidos de la historia de la Sociedad Thule y el partido Nazi, bajo el liderazgo de Giovanni Bellini, nieto del fallecido en 1985, Vittorio, y que además es el único que en su momento no utilizó el nombre de algún miembro real de la, alguna vez existente, Sociedad Thule. Giovanni había sido educado en Europa, absorbiendo conocimientos en diversas disciplinas, y volvió a Nápoles decidido en restaurar a los cuervos negros de Calabria, por lo que adaptaron sus operaciones al nuevo milenio, involucrándose en el tráfico de drogas, prostitución forzada y tecnología. Pese a ello, los fracasos se han ido acumulando, lo que forzó a esta pandilla a convertirse en los pájaros mensajeros y aliados de los corsarios rojos de Vizcaya.

—¡Enzo! —grita Rebeca. Un grito lleno de cólera y al mismo tiempo preocupación y vaya forma de demostrar cuán preocupada está.

—Rebeca. —musita, asustado, y al mismo tiempo avergonzado. "Esto es mi culpa", piensa al recordar que debido a la rabia y el enojo salió de casa por la mañana muy temprano para no cruzarse con la azabache. Rápidamente, se levanta y se esconde tras Alexander, que con el ceño fruncido observa al muchacho.