яє∂єη¢ισ́η єη ℓα σѕ¢υяι∂α∂

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En una ciudad donde la corrupción y la desesperanza reinaban, vivía Riley, una científica brillante con un plan siniestro: destruir el mundo. Su laboratorio, situado en lo más alto de una torre abandonada, era un lugar de secretos y oscuros experimentos. Riley estaba convencida de que el mundo estaba tan corrompido que solo su destrucción podía salvarlo.

Por otro lado, Valentina, conocida como Val, era una policía con un pasado turbio. Aunque oficialmente formaba parte de la fuerza policial, en realidad estaba profundamente envuelta en actividades corruptas, trabajando tanto para la ley como para los criminales a quienes debía perseguir. Val, sin embargo, aún tenía una chispa de humanidad y moralidad que no se había extinguido del todo.

Val recibió la orden de infiltrarse en el mundo de Riley y detener sus planes de destrucción. Era una misión peligrosa, pero Val estaba acostumbrada a jugar con fuego. Fingiendo ser una asistente científica desesperada por trabajar con alguien del calibre de Riley, Val logró ganar su confianza.

Riley, siempre desconfiada, puso a prueba a Val varias veces. Sin embargo, la inteligencia y habilidad de Val para adaptarse a cualquier situación le ganaron un lugar en el laboratorio de Riley. Val estaba fascinada por la mente de Riley, pero también horrorizada por la frialdad con la que hablaba de destruir el mundo.

—¿De verdad crees que la destrucción es la única manera? —preguntó Val un día mientras revisaban los planos del dispositivo apocalíptico.

Riley levantó la mirada de sus notas y fijó sus ojos en Val.

—El mundo está podrido, Val. La humanidad ha fallado una y otra vez. Necesitamos un reinicio completo, una oportunidad para empezar de nuevo.

Val no podía evitar sentirse atraída por la pasión de Riley, aunque estuviera dirigida hacia un propósito oscuro.

—Pero, ¿qué pasa con la gente inocente? —insistió Val—. No todos merecen ser castigados por los errores de unos pocos.

Riley suspiró, evidentemente cansada de esa discusión.

—No hay inocentes en un mundo corrupto, Val. Todos somos culpables de una forma u otra.

A medida que pasaban los días, Val se daba cuenta de que no podía detener a Riley simplemente razonando con ella. Necesitaba una estrategia diferente. Así que decidió ganarse la confianza y el corazón de Riley, con la esperanza de encontrar una oportunidad para sabotear sus planes desde dentro.

El tiempo que pasaban juntas en el laboratorio se convirtió en algo más que una simple colaboración profesional. Riley comenzó a abrirse a Val, compartiendo no solo sus planes sino también sus miedos y dudas. Val, por su parte, se encontró cada vez más atraída por la mente compleja y la vulnerabilidad oculta de Riley.

Una noche, mientras trabajaban en silencio, Riley se detuvo y miró a Val con una expresión que Val nunca había visto antes: una mezcla de tristeza y esperanza.

—Val, ¿alguna vez has sentido que estás completamente sola en este mundo? —preguntó Riley en voz baja.

Val, sorprendida por la pregunta, respondió con sinceridad.

—Sí, muchas veces. Pero también he aprendido que incluso en la oscuridad más profunda, puede haber una chispa de luz.

Riley la miró, y en ese momento, Val vio algo más allá de la científica fría y calculadora. Vio a una mujer atormentada, luchando contra sus propios demonios.

Esa noche, la barrera entre ellas se rompió. Riley y Val compartieron un beso apasionado, uniendo sus almas en un momento de vulnerabilidad y conexión.

A medida que su relación se profundizaba, Val se encontraba en un dilema moral. Estaba enamorándose de la mujer que planeaba destruir el mundo, pero sabía que debía detenerla. La lucha interna era casi insoportable.

Finalmente, Val decidió confrontar a Riley abiertamente.

—Riley, no puedo dejar que sigas con esto —dijo Val, enfrentándose a ella en el laboratorio—. Te amo, pero no puedo permitir que destruyas el mundo.

Riley la miró con una mezcla de dolor y confusión.

—Val, pensé que entendías. Pensé que estabas de mi lado.

—Estoy de tu lado, Riley. Pero no puedo apoyar la destrucción de millones de vidas inocentes. Hay otra manera. Juntas, podemos encontrar una solución mejor.

Riley se alejó, luchando con sus propios sentimientos. Val sabía que tenía que actuar rápidamente antes de que fuera demasiado tarde.

Utilizando su acceso al laboratorio, Val comenzó a sabotear el dispositivo de Riley, trabajando en secreto para desactivarlo. Sabía que estaba arriesgando no solo su misión, sino también su vida y su relación con Riley.

Una noche, mientras Val estaba trabajando en el sabotaje, Riley la descubrió.

—¿Qué estás haciendo? —gritó Riley, furiosa y herida.

Val se giró, con lágrimas en los ojos.

—Estoy tratando de salvarte, Riley. Y también al mundo.

Riley se quedó en silencio por un momento, su mente luchando entre la traición y el amor que sentía por Val.

—Val, si haces esto, todo por lo que he trabajado se desmoronará.

—No todo está perdido, Riley. Podemos usar tu genialidad para crear algo que realmente ayude al mundo. Podemos ser héroes en lugar de destructores.

Riley, finalmente, dejó caer sus defensas. Se acercó a Val y la abrazó con fuerza.

—No sé si puedo hacerlo sola, Val. Pero contigo a mi lado, tal vez podamos encontrar una manera.

Juntas, Riley y Val comenzaron a desmantelar el dispositivo apocalíptico y a redirigir sus esfuerzos hacia proyectos que podrían beneficiar a la humanidad. Su amor y su compromiso mutuo les dieron la fuerza para enfrentar los desafíos y encontrar un nuevo propósito.

La transformación de Riley de una científica obsesionada con la destrucción a una creadora de esperanza fue lenta pero constante. Val estuvo a su lado en cada paso del camino, asegurándose de que nunca olvidara el poder de la compasión y el amor.

Con el tiempo, su laboratorio se convirtió en un centro de innovación y progreso, un faro de esperanza en un mundo que había estado al borde del abismo. Riley y Val demostraron que incluso en los momentos más oscuros, el amor y la humanidad podían prevalecer.

Bajo el cielo estrellado, Riley y Val se tomaron de la mano, sabiendo que juntas podían enfrentar cualquier adversidad. Habían encontrado una nueva forma de salvar el mundo, no a través de la destrucción, sino del amor y la creación. Y en ese viaje, habían salvado también sus propias almas.

OneShots (Val X Riley) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora