Riley siempre había sido una alfa torpe. Desde pequeña, todo lo que intentaba hacer resultaba en algún desastre. En la escuela, derramaba las bebidas, olvidaba sus tareas y tropezaba constantemente. Su torpeza no mejoró con los años, y para cuando llegó a la edad adulta, ya era conocida en su comunidad como la alfa más torpe de todas. A pesar de esto, su aroma era increíblemente atrayente para los omegas, algo que sólo complicaba más su vida.
A Riley no le interesaban los omegas, y aunque muchos la perseguían, ella prefería mantenerse sola. Sin embargo, la percepción de los demás de que era una alfa inútil la hacía actuar con una actitud defensiva, siendo sarcástica y distante con quienes la rodeaban. En el fondo, Riley era una buena persona, pero la forma en que la trataban había endurecido su corazón.
Un día, Riley fue asignada a trabajar en un proyecto importante en su empresa. El proyecto requería de una colaboración cercana con Valentina, una omega dominante con un aroma a coco que llenaba la sala cada vez que entraba. Valentina era eficiente, profesional y no tenía paciencia para la torpeza de Riley. Desde el primer momento, la relación entre ellas fue tensa. Valentina no ocultaba su desprecio por las constantes meteduras de pata de Riley.
—¿Podrías, por favor, intentar no arruinar todo lo que tocas? —le dijo Valentina en una ocasión, su voz impregnada de frustración.
Riley sólo pudo morderse la lengua y asentir, tratando de no mostrar cuánto le afectaban las palabras de Valentina. A pesar de la fricción, el trabajo debía continuar y, poco a poco, algo empezó a cambiar.
Valentina comenzó a notar pequeños detalles sobre Riley. A pesar de su torpeza, la alfa trabajaba incansablemente, nunca se rendía y siempre intentaba mejorar. Además, había algo en la fragancia de Riley que Valentina no podía ignorar. Era un aroma que la atraía de una manera inexplicable, y mientras más tiempo pasaba con Riley, más notaba su bondad oculta bajo esa fachada de sarcasmo.
Riley, por su parte, comenzó a ver a Valentina bajo una nueva luz. Aunque la omega era dura con ella, también era justa y sorprendentemente amable en los momentos menos esperados. Hubo ocasiones en las que Valentina la defendió frente a otros compañeros, lo que hizo que el corazón de Riley comenzara a ablandarse.
El punto de inflexión llegó una tarde cuando Riley, después de otro error torpe, estaba a punto de derrumbarse. Sentada en la sala de descanso, con los ojos llenos de lágrimas de frustración, sintió una mano suave en su hombro. Valentina estaba ahí, mirándola con una mezcla de compasión y determinación.
—Eres más de lo que los demás ven, Riley —dijo Valentina en voz baja—. Eres mi torpe alfa, pero eres mía. Y quiero que lo sepas.
Las palabras de Valentina rompieron algo en el interior de Riley. Todas las defensas que había construido se desmoronaron, y por primera vez en mucho tiempo, se permitió ser vulnerable. Valentina la abrazó, y en ese momento, algo profundo cambió entre ellas.
Desde entonces, la relación entre Riley y Valentina floreció. Valentina aprendió a apreciar la torpeza de Riley como una parte de su encanto único, y Riley encontró en Valentina a alguien que la aceptaba y la amaba tal como era. Juntas, superaron las dificultades y encontraron en su mutuo amor un refugio seguro.
Riley y Valentina demostraron que, a pesar de las diferencias y las adversidades, el amor verdadero siempre encuentra su camino, y en el caso de ellas, la torpe alfa y la omega dominante se complementaron de la manera más hermosa e inesperada.
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OneShots (Val X Riley)
Randomʙᴜᴇɴᴏᴏ ᴀʜᴏʀᴀ ʜᴀᴄᴇʀ ᴍɪᴇʀᴅᴀs ʜᴏᴍᴏsᴇxᴜᴀʟᴇs ᴅᴇ ᴇsᴀs ᴅᴏs 😸 13 Julio 2024 puesto 19 en Riley