𝘼 𝙙𝙞𝙨𝙩𝙖𝙣𝙘𝙞𝙖

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Riley y Valentina se conocieron en un foro en línea sobre literatura clásica. A pesar de vivir en países diferentes, su amor por las palabras y las historias las unió de una manera que ninguna de las dos había experimentado antes. Las conversaciones nocturnas se convirtieron en videollamadas diarias, y pronto, lo que comenzó como una amistad virtual floreció en un amor profundo y real.

Durante años, mantuvieron su relación a distancia. Celebraban juntos los momentos especiales a través de una pantalla, enviaban cartas y paquetes llenos de recuerdos y promesas. Pero había una promesa en particular que ambas esperaban con ansias: el día en que se encontrarían cara a cara y finalmente podrían estar juntas.

Riley había contado los días hasta su cumpleaños número 18. Sabía que este sería el momento perfecto para sorprender a Valentina. Con la ayuda de sus padres, reservó un vuelo y organizó todo para su viaje. No fue fácil mantener el secreto, especialmente porque Valentina era muy intuitiva, pero la emoción de la sorpresa le dio a Riley la fuerza para mantener la boca cerrada.

El día del viaje, Riley estaba llena de nervios y anticipación. El vuelo parecía durar una eternidad, pero finalmente, llegó al país de Valentina. Tomó un taxi hacia su casa, sosteniendo con fuerza un ramo de flores y un pequeño regalo que había comprado especialmente para ella.

Cuando llegó a la puerta de la casa de Valentina, respiró hondo y tocó el timbre. Su corazón latía con fuerza mientras esperaba. Valentina abrió la puerta, y por un momento, el tiempo pareció detenerse.

"Riley..." susurró Valentina, sus ojos llenos de lágrimas de alegría y sorpresa. "¿Eres tú de verdad?"

"Sí, soy yo," respondió Riley, su voz temblando de emoción. "Feliz cumpleaños tardío, amor."

Valentina la abrazó con fuerza, sin poder creer que Riley realmente estaba allí, frente a ella. "No puedo creer que estés aquí," dijo entre lágrimas. "Este es el mejor regalo que podría haber recibido."

Pasaron los días siguientes explorando la ciudad juntos, haciendo todas las cosas que habían soñado hacer durante tanto tiempo. Visitaron cafés, museos, y pasearon por los parques, disfrutando de la compañía del otro. Cada momento era especial, cada sonrisa y cada toque eran un recordatorio de lo mucho que habían anhelado este encuentro.

La decisión de Riley de quedarse con Valentina no fue difícil. Sabía que quería pasar el resto de su vida con ella. Juntas, buscaron un lugar para vivir y comenzaron a construir una vida juntas. A pesar de los desafíos que surgieron, su amor y determinación las mantuvieron fuertes.

Riley se inscribió en una universidad local, y Valentina la apoyó en cada paso del camino. A medida que pasaba el tiempo, su amor solo se fortalecía. Se convirtieron en inseparables, enfrentando juntos los altibajos de la vida.

Una noche, mientras estaban acurrucadas en el sofá viendo una película, Valentina miró a Riley y dijo: "Gracias por venir por mí, por hacer realidad nuestro sueño."

Riley sonrió y le dio un beso en la frente. "Siempre estaré aquí para ti, Valentina. No importa la distancia, no importa los obstáculos. Te amo."

Y así, en un pequeño rincón del mundo, Riley y Valentina encontraron su felicidad. Lo que comenzó como un amor a distancia se convirtió en una historia de amor eterno, demostrando que, cuando el amor es verdadero, no hay distancia que pueda separarlo.

OneShots (Val X Riley) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora