OneShots (Val X Riley)

ᴄᴏɴғᴇsɪᴏɴᴇs ʙᴀᴊᴏ ʟᴀ ᴠᴇʀᴅᴀᴅ

Riley siempre había sido conocida por su actitud sarcástica y su habilidad para evadir cualquier conversación seria sobre sentimientos. Valentina, por otro lado, era una persona directa y honesta, y estaba cansada de jugar juegos con Riley cuando se trataba de su relación.

Habían pasado meses desde que Valentina comenzó a darse cuenta de que sus sentimientos por Riley iban más allá de la amistad. Pero Riley, experta en ocultar sus verdaderos sentimientos detrás de bromas y sarcasmos, se resistía a admitirlo, incluso cuando sus acciones hablaban por sí solas.

Un día, mientras Valentina caminaba por el pasillo de la escuela, escuchó a Riley hablando con sus amigas, Brie y Grace, en un tono más serio de lo habitual.

"No sé qué hacer, chicas," decía Riley, su voz llena de frustración. "Amo a Valentina, pero no sé cómo decírselo sin que todo cambie."

Valentina se detuvo en seco, sorprendida por las palabras de Riley. Se quedó escuchando detrás de la esquina, sin poder apartar la mirada. Brie y Grace instaban a Riley a que fuera honesta con sus sentimientos, pero Valentina no podía creer lo que estaba escuchando.

Esa noche, Valentina se reunió con Brie y Grace para discutir lo que habían escuchado. Estaban decididas a ayudar a Riley a superar su miedo a admitir su amor por Valentina de una vez por todas. Después de mucha deliberación y algunas risas nerviosas, decidieron un plan audaz: utilizar un detector de mentiras.

"Es la única forma en que Riley no podrá evadir la verdad," explicó Valentina, jugando con una sonrisa nerviosa en sus labios. "Si ella no quiere admitirlo, el detector lo hará por ella."

Brie asintió, aunque un poco escéptica. "Es arriesgado, pero creo que es lo mejor. Riley necesita entender que no puede seguir negando sus sentimientos."

Grace, siempre la más pragmática del grupo, se puso seria. "De acuerdo, entonces, ¿cómo lo haremos?"

El día del plan llegó rápido. Valentina había invitado a Riley a pasar la tarde en casa de Brie bajo el pretexto de una reunión casual entre amigas. Riley, ajena a los verdaderos motivos detrás de la invitación, aceptó sin sospechar nada.

Cuando Riley llegó, encontró a Valentina, Brie y Grace esperándola en la sala. En el centro de la habitación, sobre una mesa, había un detector de mentiras.

"¿Qué es esto?", preguntó Riley, levantando una ceja con incredulidad.

Valentina se acercó a ella con determinación. "Riley, estamos cansadas de tus juegos. Es hora de que digas la verdad."

Riley frunció el ceño, mirando de un lado a otro entre las chicas. "¿Están bromeando, verdad?"

Brie negó con la cabeza. "No, Riley. No estamos bromeando. Hoy vas a decir la verdad, quieras o no."

Grace se acercó a Riley y la guió hacia la silla preparada con los sensores del detector de mentiras. "Si no lo haces por ti misma, hazlo por Valentina. Ella merece saber la verdad."

Riley, sintiéndose atrapada entre la incredulidad y el nerviosismo, se sentó en la silla y permitió que Brie y Grace la conectaran al detector de mentiras. Valentina, con el corazón latiendo con fuerza en el pecho, respiró hondo y comenzó.

"Riley, ¿me amas?", preguntó Valentina, su voz temblando ligeramente.

Riley tragó saliva, sus ojos encontrando los de Valentina. "No."

El detector de mentiras emitió un pitido fuerte y claro, indicando que Riley estaba mintiendo. Riley se quedó en silencio, sintiéndose expuesta y vulnerable frente a las miradas inquisitivas de Valentina y sus amigas.

"Inténtalo de nuevo, Riley," instó Valentina, su voz suave pero firme.

Riley cerró los ojos por un momento, reuniendo valor. "Sí, te amo, Valentina."

Esta vez, el detector de mentiras permaneció en silencio, confirmando la verdad de sus palabras. Riley se sintió aliviada, pero también asustada por haber finalmente admitido lo que había estado negando durante tanto tiempo.

Valentina se acercó lentamente a Riley, sus ojos brillando con emociones encontradas. "Riley, ¿por qué has estado negándolo todo este tiempo?"

Riley bajó la mirada, sintiéndose avergonzada por su propio comportamiento. "Tenía miedo, Val. Miedo de que al admitirlo, todo cambiara entre nosotras. No quería perderte."

Valentina se arrodilló frente a Riley, tomando sus manos con ternura. "Riley, escucha. No puedes perder algo que nunca has tenido completamente. Yo también te amo, pero necesito que seas honesta conmigo, con nosotras."

Riley la miró a los ojos, encontrando consuelo en su mirada amorosa. "Lo siento, Val. He sido una cobarde. Te amo más de lo que puedo expresar."

Valentina sonrió con ternura y la abrazó. "Y yo te amo a ti, Riley. Gracias por finalmente decir la verdad."

Con el paso de los días, la relación entre Riley y Valentina se fortaleció. Riley comenzó a abrirse más, dejando atrás sus miedos y permitiéndose ser vulnerable frente a Valentina. Valentina, por su parte, demostró una paciencia infinita y un amor incondicional, apoyando a Riley en cada paso del camino.

Una noche, mientras caminaban juntas por el parque, Riley tomó la mano de Valentina y se detuvo bajo un árbol centenario. Las luces de la ciudad brillaban a lo lejos, pero para ellas, el mundo se reducía a ese momento compartido.

"Valentina," comenzó Riley, su voz temblorosa, pero firme, "desde el momento en que te conocí, supe que eras especial. Has cambiado mi vida de maneras que nunca imaginé. ¿Te casarías conmigo?"

Valentina se quedó sin palabras por un momento, sus ojos llenos de lágrimas de felicidad. "Sí, Riley. Sí, mil veces sí."

Se abrazaron bajo las estrellas, sintiendo que finalmente habían encontrado la paz y la verdad que tanto anhelaban. Juntas, Riley y Valentina sabían que podían enfrentar cualquier desafío, confiando en el amor y la honestidad que habían encontrado el uno en el otro.

Y así, bajo el cielo estrellado y con el corazón lleno de esperanza, Riley y Valentina se comprometieron a seguir su camino juntas, sabiendo que la verdad siempre sería su guía y su fuerza. Aprendieron que el amor verdadero no conoce barreras ni temores, solo la capacidad de ser honestos consigo mismos y con quienes aman.