𝙃𝙖𝙣𝙖𝙝𝙖𝙠𝙞

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Enfermedad de Hanahaki
Esta es una enfermedad ficticia (Ya que es biológica y anatómicamente imposible en la vida real) donde el paciente tose y vomita pétalos de flores como resultado de un amor no correspondido. O eso es lo que se piensa

Riley siempre había sido una persona reservada, con una bondad que emanaba de su ser y una mirada que reflejaba su dulzura. Desde que Val se había transferido a su colegio, Riley no pudo evitar enamorarse de ella. Val era todo lo que Riley admiraba: inteligente, divertida y con una sonrisa que podía iluminar cualquier habitación.

Los meses pasaron, y el amor de Riley por Val creció en silencio. Guardaba sus sentimientos, temerosa de lo que podría suceder si se atrevía a confesarlos. Sin embargo, llegó un momento en el que ya no pudo más. Cada vez que veía a Val, sentía que su corazón estallaría si no le decía lo que sentía.


El día que Riley decidió confesarse, el sol brillaba intensamente, como si el mundo conspirara para darle valor. Encontró a Val en el jardín del colegio, leyendo bajo un árbol. El corazón de Riley latía con fuerza mientras se acercaba.

"Val, necesito hablar contigo", dijo Riley, tratando de mantener la calma.

Val levantó la vista y sonrió, una sonrisa que siempre derretía el corazón de Riley. "Claro, Riley, ¿qué pasa?"

Riley tomó una profunda respiración, sintiendo que el aire le quemaba los pulmones. "He estado sintiendo algo por ti durante mucho tiempo. Te amo, Val. No puedo seguir guardándomelo más."

Por un instante, Val pareció sorprendida, pero su expresión se endureció rápidamente. Miró alrededor, asegurándose de que nadie estuviera escuchando. "Riley, no puedes decir eso", susurró con dureza. "No deberías tener esos sentimientos por mí."

El corazón de Riley se rompió en mil pedazos. "Pero, Val, yo pensé que..."

"¡No!", interrumpió Val, su voz más fuerte ahora. "No puedes. Nunca podría estar contigo."

Las palabras de Val fueron como cuchillos para Riley. Se alejó rápidamente, tratando de contener las lágrimas. Sin embargo, lo que Riley no esperaba era la siguiente fase de su sufrimiento.

El Maltrato y el Desarrollo de la Enfermedad
En los días siguientes, Val comenzó a tratar a Riley con una crueldad inexplicable. La empujaba en los pasillos, lanzaba comentarios hirientes y se reía de ella con sus amigos. Cada interacción con Val se convirtió en una fuente de dolor para Riley.

Pasaron dos meses en este tormento. Riley, abatida y con el corazón roto, comenzó a sentirse físicamente mal. Al principio, era solo una tos ligera, pero pronto se volvió más severa y frecuente. Grace y Brie, sus mejores amigas, notaron que Riley a menudo llevaba pañuelos manchados de sangre y, sorprendentemente, con pétalos de crisantemo blanco.

Un día, durante el almuerzo, Riley no pudo contener más la tos. Se dobló sobre sí misma, vomitando flores blancas y sangre en el suelo. Grace y Brie corrieron hacia ella, alarmadas.

"Riley, necesitamos llevarte al hospital", insistió Grace, su voz llena de pánico.

"No, no sirve de nada", dijo Riley entre sollozos. "Esto... esto es hanahaki."

Grace y Brie se miraron confundidas. "¿Hanahaki?", preguntó Brie, incrédula.

"Es una enfermedad", explicó Riley con dificultad. "Se desarrolla cuando el amor no correspondido se vuelve demasiado doloroso. Vomitas flores y sangre hasta qué... hasta que te consume."


Desesperadas por ayudar a su amiga, Grace y Brie comenzaron a investigar sobre la enfermedad. Pasaron horas en la biblioteca y navegando por internet, tratando de encontrar una cura. Descubrieron que la única manera de salvar a Riley era que su amor fuera correspondido. Pero había un problema: el maltrato continuo de Val hacía que la cura fuera imposible.

Mientras tanto, Val también sufría en silencio. A pesar de su comportamiento exterior, ella también amaba a Riley. Sin embargo, la presión de sus padres y amigos era abrumadora. La obligaban a mantener una imagen perfecta y a no mostrar debilidad. Cada vez que veía a Riley, su corazón se rompía un poco más. Pero la imagen que debía mantener la obligaba a actuar cruelmente.


Dos semanas después, la situación de Riley empeoró drásticamente. Las flores habían llegado a sus pulmones, dificultando su respiración. Sus amigas la cuidaban constantemente, pero el deterioro era evidente. Un día, durante una clase, Riley se desmayó. Los profesores y estudiantes se agolparon alrededor de ella, y fue llevada de urgencia a la enfermería. Grace y Brie estaban a su lado, sujetando su mano, rogando por un milagro.

Val, en el fondo del pasillo, miraba con lágrimas en los ojos, incapaz de moverse. Sabía que había cometido un terrible error, pero ya era demasiado tarde. Al día siguiente, en el centro del colegio, se realizó una pequeña ceremonia para Riley, quien había fallecido durante la noche.


El dolor en el colegio era palpable. Todos habían sido testigos del maltrato y la enfermedad de Riley, pero nadie había intervenido. Val se sentía abrumada por la culpa. Sus padres y amigos la habían empujado a esto, pero ella era la que había tomado la decisión final de herir a Riley.

Grace y Brie, devastadas, se prometieron a sí mismas que nunca dejarían que algo así volviera a suceder. La muerte de Riley no sería en vano. Compartirían su historia y lucharían contra cualquier forma de maltrato y presión social que pudiera destruir el amor verdadero.

Con el tiempo, Val también encontró el valor para enfrentar sus propios demonios. Dejó de lado las expectativas de sus padres y amigos, y comenzó a abogar por el amor y la comprensión en su comunidad. El recuerdo de Riley la acompañaba siempre, recordándole el precio del silencio y la conformidad.

OneShots (Val X Riley) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora