𝙾Եɾα ѵíժα

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En la ciudad de Serenidad, donde los días eran largos y las noches se llenaban de estrellas, Valentina y Riley compartieron una amistad que muchos envidiaban. Valentina, con su inteligencia y encanto natural, y Riley, con su risa contagiosa y corazón abierto, eran inseparables desde la infancia.

Sin embargo, en sus corazones, había más que solo amistad. Valentina había estado enamorada de Riley durante años, pero nunca había encontrado el valor para confesar sus sentimientos. Riley, por otro lado, siempre había visto a Valentina como su amiga más cercana, sin darse cuenta del amor profundo que Valentina albergaba por ella.

La vida en Serenidad cambió para siempre el día que Jordan llegó al pueblo. Jordan, con su carisma y misterio, atrajo la atención de todos, incluyendo a Riley. Lo que comenzó como una simple curiosidad se transformó rápidamente en algo más profundo. Riley y Jordan comenzaron a pasar mucho tiempo juntos, y pronto se enamoraron.

Valentina observaba desde lejos, su corazón rompiéndose un poco más cada día. Aunque deseaba la felicidad de Riley, no podía evitar sentir una punzada de dolor al ver a la persona que amaba entregando su corazón a otra.

El día que Valentina finalmente reunió el coraje para confesar sus sentimientos fue una tarde soleada en el parque donde solían jugar de niñas. Había decidido que ya no podía seguir ocultando lo que sentía, sin importar las consecuencias.

"Riley," comenzó Valentina, su voz temblando ligeramente. "Hay algo que necesito decirte. Algo que he guardado en mi corazón durante mucho tiempo."

Riley la miró con curiosidad, sin tener idea de lo que estaba por venir. "¿Qué pasa, Val? Sabes que puedes decirme cualquier cosa."

Valentina tomó una profunda respiración y continuó. "Te amo, Riley. Siempre te he amado, desde que éramos niñas. Pero nunca tuve el valor de decírtelo hasta ahora."

Por un momento, el mundo pareció detenerse. Riley, sorprendida por la confesión, tomó la mano de Valentina. "Val... yo también te amo. Pero no de la manera que tú esperas. Mi corazón pertenece a Jordan."

El dolor en los ojos de Valentina era evidente, pero ella sonrió con tristeza. "Lo sé, Riley. Y quiero que seas feliz, aunque eso signifique que no estemos juntas. Pero necesitaba que supieras lo que siento."

Riley asintió, sus propios ojos llenándose de lágrimas. "Val, si las cosas fueran diferentes... en otra vida, tal vez. Pero en esta vida, no puedo estar contigo de la manera que quieres."

Valentina aceptó la realidad, aunque su corazón estaba roto. Decidió distanciarse un poco para poder sanar, mientras Riley continuaba su vida con Jordan. Aunque seguían siendo amigas, la dinámica entre ellas había cambiado para siempre.

El tiempo pasó, y Valentina se centró en sus estudios y su carrera, tratando de llenar el vacío que Riley había dejado. Riley, mientras tanto, se casó con Jordan, y juntos construyeron una vida llena de amor y aventuras.

Años después, en una reunión de antiguos compañeros de escuela, Valentina y Riley se encontraron de nuevo. El tiempo había pasado, pero la conexión entre ellas seguía siendo fuerte. Al final de la noche, decidieron dar un paseo por el parque donde Valentina había confesado su amor tantos años antes.

"Val," dijo Riley, rompiendo el silencio. "He pensado mucho en lo que dijiste aquel día. Nunca dejé de valorar tu amistad y lo que significas para mí."

Valentina sonrió suavemente. "Yo también, Riley. Siempre te he querido, y siempre te querré, aunque no estemos juntas de la manera que imaginé."

Riley la miró con ternura. "¿Crees en las segundas oportunidades, Val? ¿En las vidas después de esta?"

Valentina reflexionó por un momento. "Sí, lo creo. Y si es así, espero que en alguna otra vida, podamos estar juntas de la manera que ambos deseamos."

Aunque Valentina y Riley nunca fueron más que amigas en esta vida, su amor trascendió el tiempo y las circunstancias. Valentina encontró paz en la idea de que, en algún lugar, en algún tiempo, podrían estar juntas. Su amor no fue en vano, sino una promesa eterna de que, sin importar cuántas vidas vivieran, siempre se encontrarían.

Riley, aunque feliz con Jordan, siempre guardó un lugar especial en su corazón para Valentina. Su amistad y amor platónico eran un recordatorio constante de lo precioso que era el tiempo que compartían.

Valentina y Riley vivieron vidas plenas y felices, cada una siguiendo su propio camino pero siempre conectadas por el amor y el respeto mutuo. Aunque sus caminos románticos no se alinearon en esta vida, ambas encontraron consuelo en la creencia de que en algún lugar del vasto universo, sus almas se reunirían de nuevo.

La historia de Valentina y Riley es una prueba de que el amor verdadero no siempre se manifiesta de la manera que esperamos, pero siempre deja una marca indeleble en nuestros corazones. Y así, con el paso de las estrellas y las vidas, su amor continuó brillando, esperando el momento en que finalmente podrían estar juntas, en algún otro mundo, en algún otro tiempo.

OneShots (Val X Riley) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora