𝚁𝚎𝚏𝚘𝚛𝚖𝚊 𝚍𝚎 𝙿𝚊𝚜𝚒𝚘́𝚗

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Riley nunca imaginó que su vida tomaría un giro tan inesperado aquel día. Era una ladrona experta, con una serie de robos a bancos en su historial que la habían convertido en una leyenda entre sus colegas criminales. Pero aquella tarde, algo salió terriblemente mal. Los movimientos que había practicado hasta la perfección fallaron, y antes de que pudiera reaccionar, la policía había rodeado el banco.

Con las manos en alto, fue esposada y llevada a la comisaría local. Sus pensamientos corrían a mil por hora mientras la llevaban a una sala de interrogatorios. No tenía miedo, pero sentía una mezcla de frustración y curiosidad por lo que vendría.

Después de lo que pareció una eternidad, la puerta se abrió y entró una mujer. Valentina Ortiz, la jefa de la unidad de delitos mayores. Con sus ojos azules penetrantes y su cabello oscuro perfectamente peinado, emanaba una autoridad que era difícil ignorar. Se sentó frente a Riley, cruzando las piernas con una elegancia innata.

"Riley," dijo Valentina, mirando directamente a sus ojos. "Tenemos un largo historial tuyo. Has sido una ladrona exitosa hasta hoy. ¿Qué te hizo fallar?"

Riley levantó una ceja, divertida por el enfoque directo. "Supongo que todos tenemos un mal día, ¿no?"

Valentina no sonrió. "Tal vez. Pero este mal día te ha puesto en una situación complicada. Sin embargo, tengo una propuesta para ti."

Riley inclinó la cabeza, interesada. "¿Una propuesta?"

"Sí. En lugar de enviarte a la cárcel, quiero reformarte. Creo que hay algo en ti que vale la pena salvar. Pero necesitarás pasar un tiempo conmigo, bajo mi supervisión."

Riley no pudo evitar reír. "¿Reformarme? ¿Qué te hace pensar que necesito o quiero ser reformada?"

Valentina se inclinó hacia adelante, sus ojos fijos en los de Riley. "Porque veo algo en ti, algo más allá de la criminal. Y estoy dispuesta a apostarlo todo para sacarlo a la luz."

Esa noche, Riley fue trasladada a la residencia de Valentina. El lugar era elegante, con una decoración moderna y minimalista que reflejaba la personalidad de su propietaria. Valentina le mostró su habitación y le explicó las reglas: no podía salir sin permiso, y debía seguir una rutina estricta de actividades y tareas.

Riley se sentía como una prisionera, pero también había una chispa de curiosidad y emoción en ella. Había algo en Valentina que la atraía, una mezcla de autoridad y misterio que no podía ignorar.

Después de la cena, Valentina llevó a Riley a su estudio. "Aquí es donde trabajaremos en tu 'reforma'," dijo con una leve sonrisa.

Riley se sentó en un sillón, observando a Valentina con atención. "¿Y cuál es el primer paso de este proceso?"

Valentina se acercó, sus ojos brillando con una intensidad que hizo que el corazón de Riley latiera más rápido. "El primer paso es la confianza. Necesitamos establecer una conexión sincera. Así que dime, Riley, ¿qué es lo que realmente quieres en la vida?"

La pregunta tomó a Riley por sorpresa. Nadie le había preguntado eso antes. Siempre había estado enfocada en sobrevivir, en ganar. Pero ahora, frente a Valentina, se encontró desarmada. "No lo sé," admitió finalmente. "Nunca me lo he preguntado."

Valentina asintió, como si esperara esa respuesta. "Entonces, eso es lo que descubriremos juntas."

Las semanas pasaron y Riley comenzó a adaptarse a su nueva vida. Valentina era estricta, pero justa, y había momentos en los que la tensión entre ellas era palpable. Sin embargo, también había una creciente atracción que ninguna de las dos podía negar.

Una noche, después de una intensa sesión de entrenamiento físico, Riley se encontró sola con Valentina en el estudio. Estaban practicando defensa personal, y la cercanía de sus cuerpos aumentaba la tensión.

OneShots (Val X Riley) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora