ᴱⁿᵉᵐᶦᵍᵃˢ ᵃ ᵐᵘᵉʳᵗᵉ

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Riley y Valentina habían sido enemigas desde que tenían memoria. Desde la infancia, parecían destinadas a enfrentarse en todo lo que hacían. Ya fuera en la escuela, en los deportes o incluso en los pequeños juegos de la vida cotidiana, siempre estaban compitiendo y buscando superarse la una a la otra.

Ambas eran brillantes y carismáticas, pero sus personalidades chocaban de una manera que las llevaba a desafiarse constantemente. Riley, con su espíritu competitivo y su sarcasmo agudo, siempre encontraba la manera de frustrar a Valentina, quien respondía con su inteligencia rápida y su ingenio afilado.

La rivalidad entre ellas alcanzó su punto máximo en la universidad, donde ambas se encontraron compitiendo por el título de mejor estudiante de su clase. Sus disputas y discusiones se volvieron legendarias entre sus compañeros y profesores.

Un día, durante una conferencia académica, Riley y Valentina se encontraron cara a cara en una situación incómoda. Ambas habían decidido llevar a sus respectivas parejas, en un intento tácito de demostrar que tenían una vida más que exitosa fuera de su competencia mutua.

Riley estaba acompañada por Alex, su novio desde hacía dos años, mientras que Valentina había llegado con Emma, una compañera de clase que había estado cortejando discretamente. Al ver a Riley con Alex, un sentimiento extraño se apoderó de Valentina. Por primera vez, se dio cuenta de que tal vez no estaba tan segura de su odio hacia Riley como siempre había pensado.

Durante la conferencia, se encontraron intercambiando miradas furtivas y comentarios mordaces. Cada uno tratando de ignorar la sensación incómoda que comenzaba a crecer en sus corazones.

Después del evento, Riley se encontró sola en el pasillo, reflexionando sobre la extraña dinámica entre ella y Valentina. Estaba acostumbrada a la competencia y a las burlas, pero algo en la forma en que Valentina la miraba esa noche le hizo preguntarse si había algo más allá de su enemistad.

Por otro lado, Valentina estaba en su habitación, dando vueltas y preguntándose por qué se sentía tan perturbada al ver a Riley con su novio. Había algo en la determinación de Riley y en su presencia dominante que desafiaba a Valentina de una manera que no podía ignorar.

Los días siguientes transcurrieron con más encuentros y enfrentamientos entre ellas, pero esta vez, había una tensión palpable en el aire. Ambas se encontraban pensando en la otra más de lo que estaban dispuestas a admitir.

Una tarde, durante una competencia deportiva en la universidad, Riley y Valentina se encontraron en medio de una acalorada discusión sobre quién lideraría el equipo hacia la victoria. Sus compañeros de equipo los miraban con asombro, preguntándose cuándo las dos finalmente se darían cuenta de lo obvio para todos los demás: que estaban destinadas a estar juntas.

—¿Qué te pasa, Riley? ¿Tienes miedo de perder? —desafió Valentina, con una sonrisa desafiante en el rostro.

Riley la miró con intensidad, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza.

—No tengo miedo de nada, Valentina. Pero parece que tú sí tienes miedo de admitir que no puedes vivir sin mí.

La declaración hizo que Valentina se detuviera en seco. Por primera vez, se sintió completamente vulnerable frente a Riley. Había algo en la forma en que la miraba, como si la conociera mejor de lo que Valentina misma se conocía.

—¿Qué estás insinuando, Riley? —preguntó Valentina, con una mezcla de incredulidad y curiosidad en su voz.

Riley dio un paso más cerca de ella, con una determinación que sorprendió incluso a sí misma.

—Creo que ambos sabemos que esta competencia no es solo sobre deportes, Valentina. Hay algo entre nosotros desde hace años, algo que ninguno de los dos ha querido admitir.

Valentina se quedó sin palabras, incapaz de apartar la mirada de los ojos intensos de Riley. En ese momento, todas las barreras que habían construido entre ellas comenzaron a desmoronarse. Ya no eran solo rivales; eran dos personas que habían estado buscando el reconocimiento y la aceptación del otro durante mucho tiempo.

—No puedo creer que esté diciendo esto, pero... tal vez tengas razón, Riley —susurró Valentina, con una mezcla de temor y excitación en su voz.

Riley sonrió, sintiendo un peso enorme levantarse de sus hombros.

—Entonces, ¿qué dices, Val? ¿Estás lista para dejar de ser enemigas de toda la vida y explorar algo más juntas?

Valentina asintió lentamente, incapaz de contener una sonrisa juguetona.

—Creo que es hora de que pongamos fin a esta rivalidad, Riley. Tal vez sea hora de empezar a hacer equipo en lugar de competir.

Y así, entre risas y el inicio de una nueva complicidad, Riley y Valentina comenzaron un nuevo capítulo en sus vidas. Una historia que demostraba que incluso las enemistades más arraigadas pueden transformarse en algo hermoso cuando el corazón finalmente escucha lo que realmente quiere.

OneShots (Val X Riley) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora