¡____Harada ha decidido convertirse en una heroína!
Se mudará a una nueva ciudad para asistir a la academia de héroes. Lo que nunca imaginó es que su nuevo vecino sería también su compañero de clases, y además ¡comparten la misma pasión por los vid...
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---Miren quien vino a salvarme.--- el pelimorado empezó a aplaudir con sarcasmo mientras se acercaba.
---¿Sabes que solo debo sacar a Shinsou de tu rango, verdad?--- dije, poniéndome en posición defensiva.
De la nada, sentí una mano posarse en mi hombro por detrás.
Me teletransporté hacia un lado para ver quien era... pero no esperaba encontrarme a Midoriya.
Los miré a ambos y tomé aire. Me los llevaría de un solo viaje.
---No te prepares tanto.--- volvió a hablar Shinsou. ---No vas a ir a ningún lado.---
Antes de poder siquiera pensar otra cosa, el chico sacó un cuchillo y se lo clavó en el brazo. Una fina línea de sangre empezó a brotar de ahí.
---¿Qué estás...?--- la acción me dejó aturdida. Se supone que no iba a hacerles daño, los necesitaba.
---Un paso en falso y la primera víctima será en tu honor, Blink.--- ahora habló Midoriya, quien también tenía un cuchillo presionado sobre su hombro. ---Estos chicos no me sirven de nada. Uno necesita estar consciente para que funcione su Quirk, y el otro ya no tiene uno.--- sonaba divertido mientras lo decía, definitivamente era un sádico.
---Más te vale hacerme caso, o la sangre de estos mocosos caerá sobre tus manos.--- nuevamente habló Shinsou, ejerciendo más presión en su herida.
Hablaba en serio... se notaba. Pasé saliva con dificultad.
Mi mente gritaba con urgencia que les quitará las armas... pero eran dos. Si iba contra uno, le daría suficiente tiempo al otro para matarse.
---¿Qué... quieres que haga?--- pregunté resignada, pero sin bajar la guardia.
---Primero, camina hacia el norte.--- desencajó el cuchillo de Shinsou de su brazo y apuntó a la dirección.
El calvo quería que nos acercáramos a su rango para no perder a los chicos...
---¡RÁPIDO! ¡TE ESTÁS TARDANDO!--- gritó Midoriya, quien sacó y metió el cuchillo sobre su hombro nuevamente.
Definitivamente una escena difícil de ver, pero al menos el cuerpo del pecoso no parecía estar sintiendo el daño.
No necesitó volver a decir nada. Empecé a caminar lo más rápido que podía hacia el norte.
Los chicos ahora tenían los cuchillos apuntando a sus cuellos. Cualquier movimiento en falso y se acababa para ellos.
Caminamos por un largo tramo. Yo iba cabizbaja, intentando pensar algo para liberarlos, pero solo me lamentaba por no haber seguido mi camino.
---Probablemente los hubiera alcanzado y derrotado...--- murmuré. ---Estúpida.--- me mordí la lengua del coraje.