La guerra no es como lo había imaginado.
No hay héroes valientes ni melodías patrióticas, solo había humo, lodo y el sonido ensordecedor de las bombas.Mi corazón late al ritmo de las explosiones, mis compañeros luchan, algunos heridos, otros caen en silencio.
La princesa había dejado atrás su corona y su título, ahora solo era un soldado más.
En medio del caos y la urgencia, la princesa Isabella se encontraba en el corazón de la guerra, pero no como una soldada armada, sino como médica. Su uniforme estaba manchado de sangre y tierra, su mirada reflejaba la fatiga y la determinación.
-Soldado herido: doctora, por favor, ayúdame. Mi pierna…
Isabella arrodillándose junto a el, -tranquilo soldado, vamos a detener la hemorragia, aguanta un poco más.
He dejado la corona y mi título real atrás, ahora, mi única misión es salvar vidas. Las balas silban a mi alrededor, mientras suturo heridas y administro medicamentos, cada decisión es crucial, y la ética médica mi guía.
“la ética médica es la misma en tiempos de guerra que en tiempo de paz, la primera obligación del médico es cumplir su deber profesional, guiado por su conciencia, ha de perseverar la salud y salvar vidas”
Recordé las palabras de mi mamá, sobre el interés superior del paciente, no solo se trataba de salvar vidas físicas, sino también de perseverar la dignidad y la esperanza de aquellos que sufren.
En las noches, cuando el campamento estaba en silencio, le escribía a Vladimir:
-Vladimir, la guerra es brutal, pero también he visto la valentía de mis compañeros. No puedo fallarles.
-Isabella, sigue siendo fuerte, tu país y tu gente te necesitan.
Así, entre estruendo de las bombas y la fragilidad de la vida, la princesa medica encontró su propósito, no como una princesa, sino como una voz en la lucha por la humanidad.
Una noche, cuando el campo de batalla, se sumía en la oscuridad, Isabella le escribió a Putin, el le respondió:
-Isabella, la guerra es un campo difícil, pero sé que estás destinada a grandes cosas, cuídate y sigue siendo valiente, te extraño.
Y esas palabras, me dieron esperanza y un trago de calma.
Isabella, enfrentaba las heridas de la guerra con una mezcla de valentía y compasión. Cada grito de dolor, cada vendaje apretado, le recuerda la fragilidad de la vida y la urgencia de su misión, a veces, en la soledad de la noche, las lágrimas amenazaban con desbordarse, pero ella sigue adelante, recordando que su deber es preservar la salud y salvar vidas.
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Amor Diplomático: Vladimir Putin Y La Princesa De Inglaterra
RomansEn los salones dorados del Palacio de Buckingham, donde las sombras esconden intrigas y los retratos de antiguos monarcas observan en silencio, se forja una historia prohibida. La princesa Isabella, cuarta en línea de sucesión al trono de Inglaterra...