La carta

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Vladimir Putin estaba solo en su despacho cuando la carta de Isabella llego.

El sobre blanco, sellado con el emblema real, contenía palabras que el había esperado por tres largos años.

Con manos temblorosas, Putin rompió el sello y desplego el papel, las palabras de Isabella saltaron a la vista, escrita con tinta azul:

"Querido Vladimir, estoy volando a casa, la guerra ha dejado cicatrices en mi corazón y mi alma. He visto la valentía y crueldad de la humanidad.

Pero también he encontrado esperanza en medio del caos, espero nuestra amistad siga intacta, a pesar de la distancia y las diferencias políticas."

Las letras se movían ante sus ojos, Isabella, la princesa que había conocido en un baile en el palacio de Buckingham, ahora es una mujer transformada por la guerra. Putin recordó sus conversaciones, sus risas y sus diferencias, pero también recordó la imagen de Isabella en su uniforme militar, con los ojos llenos de determinación.

"Isabella, sigue siendo fuerte, tu país y tu gente te necesitan".

Esas habían sido su última repuesta. Ahora con la carta en sus manos, Putin se sintió atrapado entre la política y la amistad.

"¿Cómo respondo? ¿Podre mantener la promesa de seguir siendo su amigo?"

El teléfono sonó, interrumpiendo mis pensamientos, era el jefe de seguridad.

Señor presidente, la princesa Isabella, ha regresado.

Putin miro la carta una vez más y tomo una decisión.

Escribiría una repuesta, no como el presidente de Rusia, sino como un amigo.

"Querida Isabella, bienvenida de vuelta, has crecido y cambiado, pero nuestra amistad sigue intacta.

Cuéntame sobre tus experiencias en la guerra".

Y así, en ese despacho lleno de historia y secretos, Vladimir Putin sello su repuesta y la envió al otro lado del continente, esperando que Isabella encontrara consuelo en sus palabras.

Amor Diplomático: Vladimir Putin Y La Princesa De InglaterraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora